Pugna entre China, EEUU y Europa para hallar la cura del coronavirus

China y Estados Unidos pugnan por ser los primeros en hallar la vacuna contra el nuevo coronavirus, que ya ha matada a más de 8.000 personas en todo el mundo, una carrera a la que también se ha sumado la Unión Europea. El primero en conseguir una vacuna eficaz que ponga fin a este enorme desafío sanitario, social y económico logrará el reconocimiento mundial, pero también una valiosa patente. Este hervidero en el mundo científico se ha empezado a notar en la Oficina Europea de Patentes, donde ya han llegado las primeras solicitudes de patentes de medicamentos contra el coronavirus, aunque todavía son “muy pocas” y “secretas”.

Mientras, el ministerio de Defensa chino anunció ayer que ha desarrollado “con éxito” una vacuna contra el Covid-19 y autorizó las pruebas en humanos, aunque no precisó cuando se iniciarán tales ensayos. Este anuncio se produjo solo un día después de que expertos de EEUU iniciaran las pruebas en humanos de otra vacuna contra el coronavirus. Esta primera dosis se administró a un grupo de 45 voluntarios sanos de entre 18 y 55 años de edad. En Catalunya se inició el lunes un ensayo clínico con medicamentos ya existentes para tratar el sida y la malaria destinado a cortar las cadenas de transmisión del coronavirus. Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, aseguró el marte que “en otoño podría ser posible tener una cura” y ofreció ochenta millones a un laboratorio alemán para su desarrollo.

La OMS anunció la puesta en marcha de un ensayo clínico a nivel mundial para comprobar cuál es el tratamiento más eficaz contra el virus.

Corea del Sur controla la pandemia realizando más de 200.000 pruebas Con cerca de 8.500 casos positivos por coronavirus y tan solo 84 fallecidos, Corea del Sur se ha convertido en uno de los países que mejor ha sabido combatir la pandemia. El país asiático ha realizado más 2000.000 pruebas que han permitido localizar y aislar antes a los enfermos y contener la expansión del virus con las cuarentena domiciliarias. Estas medidas, que han servido para descongestionar los hospitales, concentran la atención en los enfermos en situación crítica y evita poner en peligro a los sanitarios.