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La desescalada, en fases, por provincias y durará hasta junio
Sanidad decidirá el ritmo y las comunidades solo podrán hacer propuestas
El Gobierno español anunció ayer un plan de desescalada que se desarrollará a partir del lunes, 4 de mayo, en cuatro fases, que irán sucediéndose de forma asimétrica en cada territorio y por provincias según se cumplan unos determinados marcadores, hasta alcanzar “la nueva normalidad” a finales del mes de junio.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció ayer que la desescalada del confinamiento por la crisis sanitaria de la Covid-19 se hará por provincias en cuatro fases hacia una “nueva normalidad” que podría llegar a finales de junio.
Durante su comparecencia tras el Consejo de Ministros, Sánchez explicó que la fase 0, o preparatoria, comenzará el lunes 4 de mayo en todo el territorio con la apertura de algunos locales con cita previa. Entre ellos, restaurantes que hagan comida para llevar o peluquerías. También se podrán retomar entrenamientos de deportistas profesionales y de ligas base profesionales.
Sánchez anunció que pedirá una nueva prórroga del estado de alarma, sin aclarar si solicitará más hasta finales de junio.
El mismo día, las islas de Formentera, La Gomera, el Hierro y La Graciosa, en Canarias, iniciarán la fase 1, que permitirá la apertura de pequeños comercios con “estrictas medidas de seguridad”, la apertura de terrazas con un 30% de capacidad, hoteles y alojamientos turísticos o locales con horario preferente para los mayores de 65 años. También podrán abrir los lugares de culto con un tercio del aforo y los centros de alto rendimiento con medidas y turnos. En el transporte, se recomendará “altamente el uso de mascarillas”. Podrán iniciar la fase uno, el 11 mayo, todas provincias que cumplan los requisitos.
La fase 2, o fase intermedia, permitirá abrir el espacio interior de los locales con un tercio del aforo sólo con servicios de mesas, los cines y teatros con un tercio de la capacidad y venta numerada y se podrán hacer visitas culturales con las mismas condiciones. También se podrán hacer espectáculos en lugares cerrados con menos de 50 personas. Al aire libre, se podrán hacer los que congreguen menos de 400 personas y siempre sentadas. Los lugares de culto podrán estar al 50% de su capacidad.
En la fase 3, se “flexibilizará” la movilidad pero siempre con el uso recomendado de mascarillas. La actividad comercial tendrá un aforo del 50% con distancias mínimas de un metro entre personas y se permitirá la apertura de las playas.
Sánchez dijo que cada fase durará un mínimo de dos semanas con lo que, en el mejor de los escenarios, se llegaría a la última fase a finales de junio. Cada quince días se evaluarán los escenarios y se decidirá si se avanza hacia la siguiente.
El presidente insistió en que el mando de estas fases de desescalada será en exclusiva del ministerio de Sanidad, que será quien establecerá los ritmos diferentes según la situación.
Según Sánchez, este es un plan “flexible y adaptativo” y hay que evitar “la impaciencia”, y “guiarnos siempre por lo que dicen los expertos, para que con nuestro comportamiento podemos salvar vidas”.
Insistió en que la unidad territorial será la provincia pero que podría haber “excepciones” con unidades más pequeñas siempre que el ministerio de Sanidad lo considere justificado y puso el ejemplo de la Val d’Aran. Por tanto, las autonomía podrán hacer propuestas diferenciadas pero deberán contar con el visto bueno del Gobierno español.
Sánchez explicó que se limitarán los desplazamientos entre provincias para evitar contagios. “El planteamiento es que la movilidad interprovincial se produzca cuando se alcance la fase de nueva normalidad”. Por motivos laborales los ciudadanos puedan desplazarse, pero no se permitirá ir a segundas residencias. Las vistas a familiares y amigos en una misma provincia se permitirán a partir del 11. No hay fechas para poder ir a playas y piscinas.
Los diferentes territorios deberán cumplir una serie de requisitos para poder iniciar la desescalada, como disponer del doble de camas UCI respecto a la capacidad previa a la pandemia. En la atención primaria, ehay que garantizar la capacidad de diagnóstico precoz y de aislamiento de los casos de infección. Contempla mecanismos que permitan una “alerta y respuesta” rápidas. Además, deberán incluir el diagnóstico de “todas” las personas asintomáticas con PCR u otras pruebas, así como el aislamiento precoz con supervisión de casos leves.