MADRID
Sanidad prioriza higiene y distancia frente a las esperanzas de la vacuna
Según Simón, que prevé pruebas a casos con síntomas en plazos de 24 a 48 horas|| Illa niega el ‘caos’ en el recuento de muertos y casos pese a datos que no cuadran
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, el doctor Fernando Simón, aseguró ayer que no se deben de poner “todas las esperanzas” en una vacuna porque hay otras herramientas, como por ejemplo el distanciamiento físico o la higiene, para vencer al coronavirus.
Simón, que recordó que hay muchos equipos de investigadores en España trabajando en el desarrollo de una vacuna, puntualizó que no se puede plantear una estrategia de control de la enfermedad sobre la esperanza de tener una vacuna y apeló a la “responsabilidad personal” de la ciudadanía para “contar con estas herramientas básicas” que “permiten reducir el impacto de la enfermedad”. Asimismo, avisó de que para poner fin a la transmisión del virus lo importante “no son los test”, sino mantener el distanciamiento. No obstante, con respecto a las pruebas, informó que a partir del lunes estas se harán, de forma generalizada, a todos los ciudadanos entre las 24 y 48 horas desde que aparecen los síntomas en los centros de atención primaria.
Mientras, el número de fallecidos diarios con coronavirus se mantuvo ayer por tercer día consecutivo por debajo de los 200 aunque repuntó levemente a 185, con lo que ya son 25.613, mientras que el de contagios confirmados mediante PCR fue más del doble que los registrados el lunes con otros 867 nuevos, 219.329 en total.
Respecto a estos datos diarios que ofrece el ministerio de Sanidad, su titular, Salvadó Illa, defendió que no existe “caos” en el recuento y que las autoridades sanitarias están actuando con “total transparencia” desde el inicio de la epidemia en España. En este sentido señaló que la disparidad de cifras en algunos día es debido a que hay algunas comunidades autónomas que a medida de que disponen de más “medios” rehacen sus series de datos para “adaptarlas más a la realidad epidemiológica”