Sánchez consigue otra prórroga de la alarma a costa de debilitar el bloque de investidura

Por la mínima, frente a un Congreso cada vez más hostil y a costa de debilitar el bloque de investidura. Así logró el presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, sacar ayer adelante la quinta prórroga del estado de alarma, con 177 votos a favor, 162 en contra y 11 abstenciones. Después de un arduo debate repleto de críticas de la oposición, el PNV y Cs salvaron los planes del Ejecutivo con su apoyo. Para conseguir la abstención de Bildu, Sánchez pactó con la formación de Arnaldo Otegi la derogación de la reforma laboral. Pero al filo de la medianoche, el PSOE emitía una nota aclaratoria matizando que la derogación no será total. Con la luz verde del Congreso, la excepcionalidad se mantendrá hasta el 7 de junio.

La sesión arrancó con la imagen de los diputados ataviados con mascarilla, que ya es obligatoria, y con un minuto de silencio por los fallecidos durante la pandemia. Desde la tribuna, Sánchez defendió la utilidad y la legalidad de la alarma, a la vez que subrayó que la crispación “se ha demostrado inútil”. Así, insistió en que la legalidad ordinaria es “insuficiente” y no cerró la puerta a solicitar una sexta prórroga. “Y es que el estado de alarma deberá regir hasta el momento en que resulte necesario condicionar parcialmente algunos derechos en aras de la salud pública”, subrayó. Defendió la “unidad de acción” y el “mando único” en la gestión de la crisis a fin de evitar “desórdenes” y “división”.

Se comprometió con ERC a mantener sus compromisos de investidura y negó que una Catalunya independiente hubiera tenido menos muertos. También aplaudió el fondo de reconstrucción planteado por Alemania y Francia, y confió en que la propuesta de la Comisión Europea sea “más ambiciosa”.

Por otro lado, Sánchez acusó al líder del PP, Pablo Casado, de escorarse hacia la ultraderecha y de “dimitir de su responsabilidad de Estado en los últimos metros” poniendo trabas a la alarma. Casado, por su parte, acusó a Sánchez de “fracasar” y de ir “como pollo sin cabeza”, a la vez que calificó de “irresponsable” el apoyo de Cs a la prórroga. Mientras, el portavoz naranja, Edmundo Bal, trató de marcar distancias con el Ejecutivo y afirmó que no son los nuevos socios de Sánchez, sino que apoyan la prórroga por “responsabilidad”. Mientras, el líder de Vox, Santiago Abascal, advirtió a Sánchez de que puede acabar en la cárcel por la gestión de la pandemia. “Junqueras se reía de las denuncias de Vox y mire”, sentenció el ultra.