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EMPRESAS LABORAL

Nissan confirma su marcha de Barcelona y deja 3.200 trabajadores directos en el paro

Aunque la medida afecta de forma indirecta a unos 25.000 empleos más || La multinacional japonesa alega falta de productividad tras constatar unas pérdidas mundiales de más de 5.600 millones

Los trabajadores de Nissan quemaron neumáticos durante las protestas por el cierre de las plantas.

Los trabajadores de Nissan quemaron neumáticos durante las protestas por el cierre de las plantas.AINA MARTÍ/ACN

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La multinacional automovilística japonesa Nissan oficializó ayer el cierre de su planta en Barcelona, lo que deja sin empleo a 3.200 trabajadores directos y amenaza a 25.000 más.

Cumpliéndose los peores augurios, el consejero delegado de Nissan, Makoto Uchida, anunció desde Japón la intención de cerrar los tres centros en Barcelona –Zona Franca, Montcada i Reixac y Sant Andreu de la Barca– a finales de diciembre de este año, mientras que se mantienen las plantas en Ávila (430 empleados) y Cantabria (535).

La multinacional nipona cerró su año fiscal con unas pérdidas mundiales de 5.688 millones de euros

Los trabajadores anunciaron que van “a pelear” por sus puestos de trabajo

La Generalitat ha dado un total de 25 millones de euros en los últimos 15 años en ayudas a Nissan

El presidente de Nissan Europa, Gianluca de Ficchy, comunicó a los sindicatos que se ha tomado esta decisión al no ver “ninguna solución viable de futuro” para estas instalaciones, que han ido perdiendo modelos en los últimos años, dejando Zona Franca a un 20% de su capacidad máxima –unos 200.000 vehículos–.

El cierre afectará a Zona Franca (fábrica de furgonetas), Montcada (estampaciones) y Sant Andreu (suspensiones y bastidores), así como a los centros de I+D, recambios, distribución y compras, también en la Zona Franca, áreas que suman unos 3.200 trabajadores.

El impacto sobre el empleo será, sin embargo, mucho mayor, ya que se calcula que otros 25.000 empleos indirectos, según la Generalitat, dependen de estas plantas, incluyendo proveedores y subcontratas de un sector clave en la región, ya que representa el 10% del PIB y en las fábricas catalanas se producen 1 de cada 5 vehículos ensamblados en España.

El fabricante japonés cerró su año fiscal, finalizado el 31 de marzo, con unas pérdidas netas atribuidas de 671.200 millones de yenes (5.688 millones de euros al cambio actual), en comparación con las ganancias de 319.100 millones de yenes (2.704 millones de euros) del año previo. Asimismo, la decisión contradice las palabras del propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien tras reunirse con la dirección de Nissan en Davos en enero afirmó que el futuro de la firma en Barcelona estaba asegurado.

Los trabajadores de Nissan en Barcelona recibieron la noticia como un “jarro de agua fría”, y los sindicatos llamaron a las movilizaciones. El presidente del comité de empresa de Nissan en Barcelona, Juan Carlos Vicente, culpó a la multinacional de “dejar morir” las plantas catalanas, y aseguró que los trabajadores van “a pelear” y “a mantener en jaque a todas las Administraciones pidiendo” que les apoyen.

“Trabajadores de Nissan. El Govern está a vuestro lado. Haremos todo lo que esté en nuestras manos para evitar el cierre a partir de diciembre”, dijo Torra en rueda de prensa telemática junto con los consellers de Economía, Pere Aragonès; Empresa y Conocimiento, Àngels Chacón, y de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias, Chakir el Homrani.

La consellera de Empresa Àngels Chacón tildó de “deslealtad” la medida anunciada por Nissan e incluso acusó a la firma de “reírse de nosotros”, mientras que el vicepresidente Pere Aragonès avisó de que la empresa “deberá asumir responsabilidades”.

La Generalitat, que ha dado 25 millones en ayudas públicas a Nissan en los últimos 15 años, cuenta con que el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona, propietario de los terrenos donde está asentada Nissan, colaborará para evitar esta crisis industrial, al tiempo que apeló a la unidad con los ayuntamientos afectados.

En este contexto, el secretario de Industria, Raúl Blanco, lamentó el “ataque al corazón industrial de Catalunya” que supone este cierre e insistió en que el Gobierno trabajará para revertir la actual situación, tras advertir de nuevo a Nissan que irse de Barcelona le puede costar más de 1.000 millones de euros.

Mientras, el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, ??Joan Canadell, culpó del cierre al gobierno español, ya que aseguró que Nissan quería levantar una nueva planta en la Conca de Òdena en 2006, pero el ejecutivo central presionó para la inversión se hiciera en Ávila.

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