POLÍTICA CATALUNYA
Protestas y plante del Govern
Los reyes visitaron ayer el Monasterio de Santa Maria de Poblet en medio de movilizaciones de grupos independentistas contra su presencia en Catalunya y sin que nadie del Govern de la Generalitat ni del ayuntamiento de Vimbodí les acompañaran. Sí acudieron el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y la delegada del Gobierno en Catalunya, la leridana Tere Cunillera. Tenían previsto varios actos más en Barcelona durante la tarde, pero la evolución de los brotes de la Covid-19 llevaron a aplazarlos, según Zarzuela. Aseguró que ya se había decidido antes de que el president, Quim Torra, enviara una carta a la Casa Real recordando las restricciones que había acordado el Govern a causa de los rebrotes.
Entretanto, la ANC, Òmnium Cultural y los Comités de Defensa de la República protagonizaron una protesta. Los accesos al lugar de la visita estuvieron controlados por los Mossos, que impidieron que la marcha que pretendía llegar a las puertas del monasterio lograra su objetivo. Sí lo pudo hacer un pequeño grupo que estuvo controlado por ese cuerpo policial y sin que se produjeran incidentes entre ellos y una decena de personas que, con banderas de España, lanzaban vivas a los reyes. La protesta independentista solo llegó a los alrededores y en ella fue detenida una persona, acusada de un delito de robo con violencia, al sustraer la tableta electrónica con la que estaba trabajando un agente, y otro de desórdenes públicos.
La actuación de los Mossos d’Esquadra fue blanco de críticas ayer desde las filas de Esquerra y de la CUP
La marcha independentista estaba convocada con el lema Catalunya no tiene rey, en ella se portaron numerosas esteladas y los Mossos tuvieron que emplearse en alguna ocasión para impedir su paso. Dirigentes de ERC y la CUP reprocharon después la actuación de los Mossos.
Con todo, los silbidos y cánticos contra la monarquía por parte de los grupos independentistas pudieron escucharse a la llegada de los reyes al Monasterio de Poblet.
Estas protestas se sumaron al sabotaje horas antes, mediante la quema de neumáticos, en la vía del AVE entre Figueres y Girona como muestra de rechazo a la visita real. Provocó la suspensión de varios trenes y afectó a unos 2.000 viajeros.