TRIBUNALES POLÍTICA
Los exmiembros de la Mesa del Parlament se defienden en el TSJC
Insisten en que ampararon la libertad de los diputados y el juicio queda visto para sentencia || Las leridanas Simó, Barrufet y Boya, sentadas en el banquillo
Los miembros de la Mesa del Parlament que presidía Carme Forcadell y la exdiputada de la CUP Mireia Boya defendieron ayer ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya su labor como miembros de la Cámara. Allí quedó visto para sentencia el juicio en su contra por desobediencia al Tribunal Constitucional. Asimismo, denunciaron el “ensañamiento” del Tribunal Supremo con la expresidenta de la cámara Carme Forcadell, a quien se le han revocado las salidas laborales amparadas en el artículo 100.2. Entre los cinco acusados se encuentran las leridanas Anna Simó, Ramona Barrufet y Mireia Boya.
La abogada Judit Gené, defensora de Lluís Corominas, Lluís Guinó y Ramona Barrufet, aseguró que el juicio puede vulnerar la separación de poderes, ya que hace que el poder judicial limite el poder legislativo. De hecho, considera incongruente que se puedan votar libremente iniciativas parlamentarias independentistas pero a la vez se persiga a los diputados de la Mesa que facilitan estas votaciones. Argumentó que sus clientes “no actuaron con ánimo de desobedecer al Tribunal Constitucional (TC) sino con ánimo de respetar el derecho fundamental” de los impulsores de iniciativas legislativas, dentro del proceso soberanista. Barrufet agradeció el apoyo que han recibido los exmiembros de la Mesa y Corominas dijo que se le acusa por no “pedir a los diputados que limitasen su derecho”.
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Anna Simó afirmó en el juicio que se decidió que la Mesa hiciera “el trabajo sucio” contra el parlamentarismo catalán y se vulneraran los derechos fundamentales de los diputados, a lo que la Mesa se negó. El abogado de Simó, Raimon Tomàs, manifestó que “el objeto del debate se circunscribe en si la actividad parlamentaria puede ser limitada preventivamente, puede ser censurada” y “si un órgano jurisdiccional puerto determinar la actividad de un parlamento democrático”.
Mireia Boya afirmó que no teme la posible condena por desobediencia porque el caso “va de algo mucho mayor, digno y legítimo como los derechos y libertades del pueblo”. Su defensa considera que el proceso en el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya es un “juicio político” al independentismo.
El fiscal alegó que los exmiembros de la Mesa llevaron “la desobediencia hasta el extremo final”. La Abogacía del Estado también ve “plenamente acreditado” que los exmiembros de la Mesa desobedecieron.