TRIBUNALES
Puigdemont, Comín y Ponsatí lamentan el "gran golpe" al diálogo que supone la suspensión del tercer grado
Los tres exmiembros del Gobierno exiliados han afirmado que la decisión judicial "es una nueva prueba" que en España la ley se utiliza por "venganza"
Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí han lamentado la "gran vez" a las "esperanzas de diálogo político" que supone la suspensión del tercer grado a los "presos políticos catalanes". Los tres exmiembros del Gobierno exiliados han afirmado que la decisión judicial "es una nueva prueba" que en España la ley se utiliza por "venganza".
En un comunicado difundido a las redes sociales, los tres recuerdan que el tercer grado es un beneficio "estándar" garantizado a todos los presos que acrediten buen comportamiento después de haber cumplido "una fracción suficiente" de la condena.
En este sentido recuerdan que los líderes catalanes llevan al menos tres años en régimen de prisión cerrada, y que el tercer grado se les ha otorgado "en términos iguales" a los de cualquier otro preso.
En este contexto, los tres eurodiputados afirman que las "promesas" del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, de "trabajar hacia un diálogo político" suenan "más vacías que nunca". Consideran que un diálogo "sin una agenda política clara" o cualquier movimiento que no se dirija "hacia el final de la represión política" no tiene sentido.
También consideran que el programa de reeducación que sugiere la fiscalía para los presos " traen recuerdos de los peores episodios del siglo XX" y "dejan claro" que la justicia española tiene una agenda de "discriminación y control ideológico".
Además, recuerdan que la decisión llega semanas después de que Amnistía Internacional haya pedido la liberación inmediata de los activistas Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, petición que, hasta ahora, "ha caído en oídos sordos".
Este "desafío abierto" al imperio de la ley del Estado español demuestra, en opinión de los tres, que si el Parlamento Europeo les levanta la inmunidad parlamentaria y son extraditados en España, "se puede tener la certeza" que acabarán en la prisión "durante muchos años". Y añaden: "No hay posibilidad de tener un juicio justo en España".
Por todo ello consideran que las demandas los líderes catalanes "no pueden seguir siendo ignoradas", y acusan a la Unión Europea de fallar en el frente "más importante", el de la democracia y los derechos humanos.