El grupo Tomàs Cusiné espera repetir volumen de vendimia

El año 2018 fue bueno tanto en producción como en calidad para las bodegas del grupo Tomàs Cusiné, pero el año pasado los problemas derivados de la sequía mermaron la vendimia. Este año, el contrincante contra el que luchar en los campos ha sido el mildiu, que volverá a dejar la producción de muchas fincas lejos de su potencial. Con todo, Tomàs Cusiné confía en que cuando acabe la campaña se puedan repetir los volúmenes de 2019.

La semana pasada comenzaron a trabajar en las primeras cepas de Castell del Remei, el martes le tocó el turno a El Vilosell y ayer recogían las primeras uvas en la Conca de Barberà. Se trata de ir trabajando puntualmente en variedades y fincas que estén en el momento óptimo. Los resultados en las primeras arrojan descensos de producción muy acusados pero, a medida de que los trabajos vayan avanzando, espera al menos equiparar los resultados a 2019. Este año la combinación de importantes precipitaciones y calor se ha traducido en problemas muy importantes de mildiu. Se ha cebado con las fincas más fértiles e incluso con zonas altas, algo inusual, frente a explotaciones de secano, que están teniendo mejores resultados.

La combinación de precipitaciones y calor se ha traducido en problemas graves de mildiu

Los costes también se disparan este año. Han sido necesarios más tratamientos en las cepas y más horas de trabajo de los tractores en las fincas, con el consiguiente incremento de gasto de gasoil. Además, hay que tener en cuenta los costes derivados de los protocolos contra el coronavirus.

Cusiné asegura que este es un año muy irregular, además de especialmente complicado tanto para la gestión de las fincas como la para la elaboración de los caldos. Con todo, apuntó que la calidad de los vinos se augura buena, porque el mildiu daña una parte de la producción, pero aquella que se salva de su ataque no ve afecatada sus cualidades.