Torra se acoge a su derecho a no declarar ante el TSJC en su segunda causa por desobediencia
Hace una intervención muy breve pero no responde a las partes
"La sentencia ya está escrita y este juicio se enmarca en una persecución política contra el independentismo". Con estos argumentos se ha acogido el presidente del Goven, Quim Torra, a no declarar ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña en su segunda causa por desobediencia por no retirar una pancarta del Palau de la Generalitat hace un año. El jefe del ejecutivo catalán ha explicado en una breve comparecencia que ha trasladado al TSJC que "no es un tribunal neutral" y que "dijera lo que dijera, la sentencia ya está escrita". Torra ha defendido que el independentismo "es una causa de una minoría nacional", que es "una causa justa" y que resulta "aberrante" que lo puedan inhabilitar por haber colgado una pancarta por la libertad de los presos.
"He dicho que estaba seguro que tanto él como yo teníamos mucho trabajo, y que mejor que lo dejáramos allí, y que él se dedicara a su trabajo, y yo también tengo mucha", ha expresado Torra, que ha insistido en que ahora centra sus esfuerzos en la covid-19. De hecho, desde las once y media encabeza la reunión del comité ejecutivo de crisis por el coronavirus. "No vamos bien, quiero que salgamos adelante y siempre estaré tomando todas las decisiones que haga falta", ha respondido al ser preguntado por si se tendrían que adoptar más medidas.
Torra ha destacado el "gran respeto" que ha percibido por parte del magistrado instructor, Carlos Ramos, "en contraposición del juicio y el trato por parte del juez José María Barrientos", en la anterior ocasión. Así, ha subrayado "el gran respeto institucional" de la sesión de este miércoles. "No tengo ninguna queja, pienso que las instituciones se tienen que tratar con esta corrección", ha añadido.
En su comparecencia desde el Palau de la Generalitat, Torra también ha trasladado su pésame a Jordi Turull y a su familia por la muerte de su padre. También ha recordado que hoy hace un año que se inició la Operación Judas, que "buscaba aterrorizar a la población catalana".