La inhabilitación de Torra lleva a Catalunya a un Gobierno en funciones en plena pandemia
Las elecciones podrían llegar entre finales de enero y principios de febrero
La inhabilitación del presidente de la Generalitat, Quim Torra, vierte Catalunya a la inestabilidad. La sentencia del Supremo deja el Gobierno catalán en funciones en plena pandemia y sin una respuesta unitaria del independentismo. El vicepresidente, Pere Aragonès, asumirá atribuciones de la presidencia pero no podrá hacer destituciones, disolver el Parlamento ni convocar elecciones. Así, el Supremo ha acabado marcando el calendario electoral. Según el informe de los servicios jurídicos de la Generalitat, el presidente de la cámara, Roger Torrent, podrá activar el reloj con un pleno –si no hay presidenciables viables–, y JxCat y ERC tendrán cierto margen para pactar la fecha de los comicios. Las elecciones podrían llegar entre finales de enero y principios de febrero.
La sentencia es firme desde que el Supremo la firma, pero no efectiva hasta que Torra es notificado. En primer lugar, el Supremo notifica la sentencia a los procuradores, y aquí el presidente todavía puede pedir alguna aclaración. Se trata de un trámite ágil y rápido -puede durar un máximo de dos días-, un margen donde la sentencia es firme pero todavía no efectiva. Torra podría, pues, convocar elecciones en este breve periodo -pero no tiene la intención de hacerlo de acuerdo con la estrategia de su defensa.
Después de este periodo breve, el Supremo ya envía la sentencia al TSJC. Cuando el tribunal catalán notifica la sentencia a Torra es cuando el presidente ya ha sido cesado, ya que la decisión toma efectividad. Se espera que el mismo día se publique un decreto firmado por el rey español, Felipe VI, en el BOE y simultáneamente en el DOGC, para comunicar el cese de Torra.
Calendario electoral
A partir de aquí, el Govern ya perderá el control del calendario electoral, y la pelota pasará al tejado del Parlamento. Torrent tendrá 10 días hábiles para abrir consultas y buscar un candidato o candidata a la presidencia de la Generalitat. Si no hay ninguno, o no con apoyos suficientes para ser investido, Torrent podría convocar un pleno para constatar la falta de candidaturas a la investidura.
Este pleno, que sería un "acto equivalente" a un pleno de investidura, permitiría a JxCat y ERC negociar la fecha de las elecciones, al menos para hacerlas coincidir en domingo. El informe jurídico de la Generalitat permite cierto margen a los grupos que dan apoyo al Govern porque no aclara ningún plazo, y se podría convocar a días o semanas vista. Sin embargo, los republicanos quieren acortar tanto como sea posible la transición hasta la cita con las urnas. Esta sesión plenaria activaría el reloj y empezarían dos meses para seguir buscando candidatos a una investidura. Si, agotado el plazo, tampoco hay ningún diputado o diputada que opte a una investidura, las elecciones tendrán lugar al cabo de 54 días -según la LOREG-, o entre 40 y 60 días -según la ley de la Presidencia. Si se cumplen los plazos y no hay sorpresas, las elecciones se podrían celebrar el 31 de enero o el 7 de febrero.
Aragonés, presidente sustituto
El Govern estará en funciones desde que el TSJC notifica la sentencia a Torra y hace efectiva la decisión del Supremo. El ejecutivo no podrá presentar proyectos de ley -pero sí decretos si son de urgencia-, de manera que tampoco podrá tramitar los presupuestos del 2021. A partir de aquí, Aragonés –todavía como vicepresidente– tendría que convocar una reunión extraordinaria del Consejo Ejecutivo, donde el resto de consellers y conselleres avalarían el decreto de sustitución del presidente de la Generalitat -y, por lo tanto, aceptarían 'de facto' la sentencia del Supremo y la destitución de Torra. Este decreto se enviaría al Parlament.