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TRIBUNALES CORRUPCIÓN

Señalan a Fernández Díaz en el “caso kitchen”

Francisco Martínez, a la izquierda, ayer junto a sus abogados.

Francisco Martínez, a la izquierda, ayer junto a sus abogados.EFE

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El ex número 2 de Interior Francisco Martínez ratificó ayer ante el juez que el exministro Jorge Fernández Díaz estaba al tanto de la operación Kitchen sobre el espionaje a Luis Bárcenas en 2013, pero matizó que desde su punto de vista todo era legal y que lo que se buscaba era localizar la fortuna oculta del extesorero del PP y a sus testaferros. Durante su declaración como imputado en el caso Villarejo, que se prolongó algo más de tres horas, Martínez explicó que el exministro le pidió que le confirmara si el chófer de Bárcenas, Sergio Ríos, que actuó como confidente en Kitchen, era colaborador policial, informaron fuentes jurídicas.

Entonces, dijo, se dirigió al ex número 2 de la Policía , el exjefe de la Dirección Adjunta Operativa (DAO) del cuerpo Eugenio Pino, también imputado, para confirmarlo.

El ex ministro de Interior deberá comparecer hoy ante el juez de la Audiencia Nacional García-Castellón

Pero Martínez negó que existiese una operación bautizada como Kitchen, sino que fueron actuaciones para vigilar un presunto blanqueo por parte de Bárcenas -como argumentó en su día Pino- con el objetivo de localizar sus cuentas ocultas en el extranjero y a sus supuestos testaferros, y no para conseguir documentos comprometedores con el PP, como sospechan los investigadores.

A preguntas del juez, admitió que a veces se le trasladaba información, pero no de tema operativo, y que él se lo comunicaba al exministro, quien, sin embargo, tenía otras fuentes de información, aunque lo enmarcó dentro de la normalidad. Fernández Díaz deberá dar su versión hoy en calidad de imputado. Martínez, que aseguró que nunca interpretó que esta operación tuviese ninguna ilegalidad, dijo que consideró lógico que hubiese un confidente, al tiempo que rechazó que la plaza que Ríos obtuvo más tarde en la Policía fuese algún tipo de contrapartida por sus servicios. Explicó que es ahora cuando conoce que en teoría se le pagó con fondos reservados, pero que en su día lo desconocía porque nunca se entra tan al detalle sobre la minuta de confidentes, siempre según las fuentes consultadas. De acuerdo con su relato, el excomisario José Villarejo, en prisión desde 2019, tenía instrucciones expresas de la Policía de reportar todo al Centro Nacional de Inteligencia (CNI), pero como el policía empezó a denunciar al CNI surgieron las malas relaciones. Es más, las desavenencias que tuvo también con Pino hicieron que Villarejo dejara de pagar al chófer, tarea que se le trasladó al policía Andrés Gómez Gordo, exasesor de María Dolores de Cospedal y también imputado en esta causa.

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