El camino para saber el nombre del nuevo presidente de los EE.UU. se complicará todavía más si se impugna el recuento

El nombre del nuevo presidente de los Estados Unidos podría ser una incógnita durante semanas si no hay un ganador claro, con resultados muy ajustados o una impugnación del recuento en los tribunales. De hecho, los resultados que se ofrecen en la jornada electoral son siempre oficiosos, a la espera del certificado de las votaciones que hace finalmente el Colegio Electoral, que declara formalmente al ganador días después. Normalmente, si los votos son claros, no hay problemas. Ahora bien, en casos muy ajustados como lo que se prevé este 2020, se abren varios escenarios: algunos estados pueden hacer un segundo recuento automático si tienen números muy ajustados y los candidatos pueden exigir una revisión de los votos. Y todo puede acabar en los juzgados, como ha amenazado Donald Trump.

Los estados tienen hasta el 8 de diciembre para comprobar los resultados y escoger los electores que los transmitirán en el Colegio Electoral. Ahora bien, si entremedio hay disputas legales –que podrían acabar en el Tribunal Supremo– este paso se puede complicar.

Si las disputas no están resueltas a tiempo, las autoridades estatales podrían decidir a sus electores independientemente de los resultados. Por ejemplo, en las presidenciales del 2000, Florida escogió a un grupo de electores favorables a George W. Bush mientras los tribunales todavía tenían sobre la mesa el recuento. Pero también podría haber discrepancias entre los legisladores y el ejecutivo de cada estata, alertan a los analistas a la prensa norteamericana y, en este caso, el Congreso tendría que decidir qué votos aceptar.

El Congreso tiene prevista una reunión el 6 de enero para tomar nota formalmente de los votos al Colegio Electoral. Si no hay un ganador claro, entonces la Cámara de Representantes haría una elección “contingente”. Una situación que no pasa desde 1876.