EEUU RESACA ELECTORAL
Joe Biden, ante el reto de resetear la política populista de Trump
El presidente electo deberá recomponer los lazos con los líderes internacionales y romper otros || Su primera tarea será la redirigir la lucha contra la Covid-19
El presidente electo Joe Biden llegará en enero a una Casa Blanca donde las llamadas de los líderes mundiales no suenan con la asiduidad de antes, con una pandemia fuera de control en todo el mundo, la economía global al borde del cataclismo y un polo de poder cada vez más fuerte en China, que busca el protagonismo que rechazó Donald Trump con su aislacionismo.
Biden criticó a Trump por disminuir la “influencia y credibilidad” de EEUU y está iniciando ya la transición desde la doctrina del “America First (Estados Unidos primero)” hacia un rol internacionalista y multilateralista para el que hará valer su experiencia como enviado diplomático de Barack Obama durante sus ocho años como vicepresidente, en los que lidió de primera mano con la relación transatlántica, las tensiones con rusia a propósito de Ucrania, China o Latinoamérica.
Merkel aboga por “recalibrar” las relaciones entre Estados Unidos y Alemania
Trump abandonará la Casa Blanca tras cuatro años en los que ha dinamitado en lo posible los cimientos de la OTAN, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el resto del sistema de Naciones Unidas, y ha abandonado consensos tan importantes como el Acuerdo de París contra el Cambio Climático, el complejo acuerdo para la desnuclearización de Irán o tratados comerciales con socios asiáticos y europeos.
Además, ha forjado relaciones con movimientos que ahora quedarán huérfanos como el Brexit y se ha acercado a gobiernos como el de Jair Bolsonaro, en Brasil o Vládimir Putin, en Rusia, mientras se alejaba de las tradicionales alianzas con Alemania, Francia y Canadá.
Por otro lado, el republicano se ha mantenido alejado del avispero de conflictos en el mundo árabe, ha promovido lo que él llamó “un nuevo amanecer para Oriente Próximo” al reabrir relaciones de algunos vecinos árabes con Israel impensables hasta hace poco. Asimismo, tuvo la audacia de ordenar la muerte del general iraní Qasem Soleimaní, jefe de la Guardia Revolucionaria.
La primera gran tarea que la Administración de Biden ha dicho que abordará con un enfoque multilateral será la lucha contra la Covid-19, fuera de control en EEEUU, hace estragos en Europa y ha atenazado a la economía mundial hasta el punto de poderla arrastrar a una recesión sin precedentes. Para Biden, la pandemia es la primera oportunidad de presentarse como líder del mundo.
Entretanto, la canciller alemana, Angela Merkel, felicitó ayer a Biden por su victoria electoral y abogó por “recalibrar” las relaciones entre ambos países. Gobiernos como el chino siguen sin llamar al presidente electo.
La Comisión Europea confirmó la decisión en un comunicado en el que subrayó también que la medida es un “reflejo exacto” de los aranceles que la administración estadounidense impuso a algunas exportaciones del bloque por las ayudas de la Unión Europea a Airbus, rival de Boeing.
En concreto, la UE aplicará un arancel del 15% a productos del sector aeronáutico y aranceles adicionales del 25% a una gama de productos agrícolas e industriales procedentes de Estados Unidos.
Desde que se confirmó el sábado que Biden alcanzó los votos del Colegio Electoral suficientes para ser investido presidente en enero, noticia que le sorprendió jugando al golf, Trump ha estado enclaustrado con su círculo íntimo, estudiando sus planes para revertir el resultado de la elección y sin agenda pública.
Entretanto, según los medios locales, su círculo íntimo se encuentra dividido entre los que le aconsejan tirar la toalla y quienes le animan a seguir con su estrategia de presentar demandas en los estados clave para demostrar el “fraude” que denuncia. Según los medios, su esposa Melania y su yerno Jared Kushner se inclinan a que acepte la derrota, mientras que sus hijos Donald Jr. y Eric le animan a seguir.
Ayer, como si nada hubiera pasado en la Casa Oval, Trump anunció el despido fulminante del secretario de Defensa, Mark Esper. Su nombre figuraba en la lista negra de posibles despidos de Trump después de que se opusiera a enviar unidades militares para sofocar los disturbios en distintas ciudades del país este verano.