ENTREVISTA POLÍTICA
«Hay fragmentación porque el independentismo es plural»
Este mes se han cumplido tres años del exilio de la que fuera consellera de Agricultura y cabeza de lista de ERC por Lleida en las pasadas elecciones al Parlament. La delegada del Govern en Bruselas, Meritxell Serret, (Vallfogona de Balaguer, 1975) ve el vaso medio lleno a pesar de que la inhabilitación de Torra puso de manifiesto que “la represión no se detiene”. Está contenta con la elección de Marta Vilalta para sustituirla como número uno por Lleida y cree que el derecho a decidir no está reñido con apoyar los presupuestos del PSOE-Podemos.
Antes de hablar de política una pregunta personal: ¿Cómo está? Son ya tres años de exilio.
¡Tres años, ya! Y sigue la incertidumbre de saber cuánto tiempo durará esta situación. Cuánto tiempo seguiré sin poder ver a gente que quiero que está en Catalunya, en Vallfogona. Evidentemente, echo de menos muchas cosas, pero no voy a seguir el juego al Estado, que con su represión quiere que te sientas pequeña, anulada. Tampoco caeré en la tentación de la venganza. Voy a seguir trabajando con las mismas ganas e ilusión en un proyecto político en el que creo.
¿El cargo de delegada de la Generalitat le ha permitido afrontar el exilio de otro modo?
Es innegable. Hay un antes y un después. Me ha conectado con todo lo que tuve que dejar atrás y me ha permitido crecer y abrir nuevos caminos. Siempre hay que buscar la parte positiva y desde Bruselas puedo ayudar.
Y como según la ley de Murphy todo lo que va mal puede empeorar, los tres años de exilio coinciden con una pandemia. ¿Cómo se lleva este doble confinamiento?
Tanto para los presos, sobre todo, como para los exiliados, la Covid-19 nos ha aislado doblemente y se hace duro estar lejos. Son muchos meses sin poder ver a la familia porque no pueden viajar. Este verano, cuando parecía que el virus daba un respiro, la situación se complicó en el Segrià y después en la Noguera y era angustiante estar tan lejos de mi gente. Pero como ya digo que soy optimista, la pandemia ha hecho que ya no seamos los raros de las videoconferencias, ahora todos tenemos que vernos a través de pantallas. En este sentido, aunque sea una anécdota, el coronavirus nos ha igualado [ríe].
En las elecciones impuestas por el 155 fue la cabeza de lista de ERC por Lleida. Ahora le toma el relevo Marta Vilalta. ¿Se ha impuesto el pragmatismo y se ha optado por candidatos que puedan ejercer como tales?
Estoy muy contenta con que la candidata sea Marta Vilalta. Es una mujer muy preparada, muy empática y con una gran capacidad de trabajo. Tiene toda mi confianza y apoyo. No creo que sea pragmatismo, sino tener los pies en el suelo. Trabajamos por transformar la realidad, por mejorarla, y si los que estamos en el exilio o en las cárceles no podemos estar en primera fila, ayudaremos desde atrás, porque hay más liderazgos, hay mucha savia nueva. Además, es un acierto no dar protagonismo a la represión y evidenciar que el movimiento independentista no solo éramos los 2.850 represaliados en todo el país, sino mucha más gente.
También habrá muchos partidos. ¿La fragmentación del voto puede restar fuerza?
El independentismo es plural y lo importante es ganar votos. Siento mucho respeto por todas las formaciones y creo que si tener más opciones electorales ayuda a captar indecisos, puede ser bueno. Desde ERC lo tenemos claro: hay que llegar a más gente. Es nuestra gran apuesta. Queremos llegar también a quienes, de entrada, no quieren la independencia y convercerlos para unirse a nuestro proyecto. Pero, a pesar de las diferencias, los soberanistas compartimos un proyecto común y nos respetamos. No puede ser de otra manera. Va con nuestros valores republicanos.
¿La inhabilitación del President Torra ha sido la gota que colmaba el vaso de la represión?
Ha sido una decisión desproporcionada que pone de manifiesto, una vez más, que la represión no se ha detenido. Toda mi solidaridad con el President. Es evidente que hay que dar una respuesta política a un conflicto político para poder avanzar. Nosotros, como Òmnium y otras entidades, apoyamos la amnistía. Y también reivindicamos el derecho a la autodeterminación, porque el independentismo y el republicanismo son una opción política legítima y democrática. Pero mientras, hay seguir trabajando. No nos podemos quedar de brazos cruzados y alimentar la estrategia del conflicto. Por eso es importante pactar unos presupuestos con el Estado, porque hay que poder gestionar las ayudas europeas por la Covid, entre otras prioridades.
Tuvo que dejar la conselleria de Agricultura abruptamente. ¿Qué le quedó por hacer?
¡Muchas cosas! Pero, por suerte, la consellera Teresa Jordà y su equipo están haciendo un gran trabajo. Me alegré mucho de que fuera ella mi sustituta. Fui la primera consellera en un sector muy masculinizado y no quería ser la última. Si alguna cosa estamos haciendo bien en ERC es demostrar que tenemos relevos. Que es un proyecto colectivo, Oriol Junqueras y Marta Rovira son dos líderes muy importantes, pero nuestro proyecto no depende de unas personas concretas. Pere Aragonès y Marta Vilalta también han demostrado que pueden pasar al frente.