El Congreso aprueba la ley de educación con otra bronca por el castellano y la concertada

El Congreso de los Diputados aprobó ayer por la mínima la nueva ley de educación, más conocida como ley Celaá, por la ministra del ramo, la vasca Isabel Celaá. La votación, que el Gobierno español salvó por la mínima, con 177 votos a favor, sumando entre otros a ERC y PNV, sucedió a un debate bronco en el que la oposición atacó al Ejecutivo por el papel que la norma otorga al castellano en el sistema de enseñanza, al no considerarlo lengua vehicular, y por el trato que se da a los centros concertados. Los aplausos de los parlamentarios del PSOE y Unidas Podemos se mezclaron con los gritos de “libertad” de la bancada de las derechas, que protestaron así contra una norma que llevarán a los tribunales y que ya se han comprometido a derogar tan pronto regresen a Moncloa.

La Celaá será la octava ley educativa aprobada en los últimos 40 años. La propia ministra admitió ayer que hubiera preferido que la norma saliera adelante con “más consenso”. Y es que 148 diputados votaron en contra y 17 se abstuvieron. Entre estos últimos, los de JxCat y el PDeCAT. Sin embargo, Celaá se mostró “muy feliz” por tumbar la ley Wert. El ministro de Ciencia, Pedro Duque, también lamentó que los grupos de la oposición hayan hecho “afirmaciones apocalípticas” sobre el futuro del castellano y de la libertad educativa en España tras la entrada en vigor de la nueva norma, que aún ha de pasar por el Senado. Desde el PSOE se defendió que la oposición ha difundido “mentiras, bulos y fakes” sobre el castellano y los centros concertados y de educación especial. En cambio, el PP insistió en que se trata de una ley “profundamente ideologizada”, que “diluye la responsabilidad individual”, y que además ataca al castellano como lengua vehicular de la enseñanza y “destierra” el derecho de los padres a elegir. Los populares avanzaron que impugnarán la norma ante el Tribunal Constitucional y la llevarán a Europa porque “rompe el modelo de país”. El propio líder de la formación, Pablo Casado, estampó su rúbrica en una carpa instalada frente al Congreso para recoger firmas contra la nueva ley educativa. Mientras, para los ultraderechistas de Vox es una norma “sectaria y peligrosa” que “mete el género desde la infancia” en una “exaltación confusa de la libertad sexual”. Cs, entretanto, aseguró que baja el nivel de los estudiantes, es ideologizante, ataca a la libertad de elección de las familias y supone un “mercadeo zafio con los derechos lingüísticos por un puñado de votos”. A este respecto, el partido naranja ha sostenido que los socialistas han apartado al castellano como lengua vehicular en la enseñanza para convencer a ERC para que respalde los presupuestos de 2021, algo que Moncloa niega.

Celaá afirma que está “muy feliz” de haber acabado con la ley Wert aunque lamenta la falta de “consenso”

El ministro de Justicia dice que preferiría pactar con el PP y el PSOE manchego insiste en las críticas

En paralelo a Sánchez, el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, admitió que preferiría el apoyo de los populares al de Bildu, del mismo modo que ya lo manifestara la vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, y la cuarta, Reyes Maroto. También desde el PSOE de Castilla-La Mancha reiteraron las críticas a Moncloa por explorar un pacto presupuestario con los abertzales. “Tienen que pedir perdón a las víctimas”, sentenciaron. Entretanto, el vicesecretario de Política Territorial del PP, Antonio González Terol, dijo desconocer si los diputados de Bildu han sido “copartícipes” en atentados de ETA.