TERRORISMO JUSTICIA
El terrorista de Les Rambles amenazó con inmolarse
Cuando fue localizado y abatido por dos agentes de los Mossos || Los policías relatan en el juicio sus secuelas psicológicas
Dos agentes de los Mossos d’Esquadra narraron ayer ante el tribunal de la Audiencia Nacional que juzga a tres presuntos miembros de la célula yihadista que atentó en Barcelona y Cambrils el 17 de agosto de 2017 cómo abatieron a Younes Aboyaaqoub, autor del atropello en Les Rambles.
Ambos recordaron que cuando lo encontraron, éste empezó a correr hacia ellos “gritando Alá es el más grande” y enseñando un artefacto explosivo simulado, aunque entonces lo desconocían. Dado que el terrorista no atendía a sus indicaciones de detenerse, ambos abrieron fuego contra él vaciando casi por completo los cargadores de sus armas reglamentarias y haciendo que Abouyaaqoub cayera al suelo a unos 10 metros de ellos. Entonces aprovecharon para recargar sus armas, justo antes de que el terrorista se levantara y fuera finalmente abatido muy cerca de ellos. En ese momento los agentes temieron que soltara lo que parecía un detonador, que explotara el artefacto y murieran los tres, según explicaron.
Dos agentes arrollados en un control por el terrorista aseguran que “sonrió” antes de embestirlos
Asimismo lamentaron que no han sido indemnizados ni reconocidos como víctimas del terrorismo, a pesar de las secuelas psicológicas importantes que todavía acarrean por los hechos. Los dos sufrieron estrés postraumático y tuvieron que recibir tratamiento psicológico y farmacológico. Uno de ellos fue condecorado por el ministerio de Interior, aunque no por la Generalitat, y el otro no recibió ninguna distinción por su intervención.
En la sesión de ayer también declararon otros cinco agentes que participaron en el dispositivo policial que se desplegó en La Diagonal de Barcelona tras el atentado. Entre ellos se encontraban los dos que fueron heridos por el atropello que Aboyaaqoub protagonizó para saltarse el control, con un coche que había robado en la zona de la ciudad universitaria, tras matar a su conductor, Pau Pérez. Ambos explicaron que vieron al terrorista “sonreír” antes de arrollarlos y cómo, a pesar de disparar al vehículo, no lograron impedir que se diera a la fuga.