MIGRACIÓN CRISIS
El Gobierno cierra la puerta al traslado de inmigrantes
Anuncia la creación de un campamento y pide apoyo a Marruecos || Canarias, desbordada, exige derivaciones a la Península
El Gobierno sigue buscando soluciones a la crisis migratoria en Canarias, pero sin trasladar de forma regular a la Península a todas personas que llegan a las islas, algo que exige el Ejecutivo autonómico socialista, que se niega a seguir siendo el único territorio que sostenga la presión de la llegada de pateras.
Ayer, la acción del Gobierno se desplegó en Las Palmas de Gran Canaria con la visita del ministro de Migraciones, José Luis Escrivá, y en Marruecos, con el viaje del de Interior, Fernando Grande Marlaska.
Escrivà asegura que el 90% de los inmigrantes llegados son “expulsables a sus países de origen”
Escrivá anunció que el Ejecutivo habilitará con carácter de urgencia campamentos con 6.000 plazas en las islas de Gran Canaria, Tenerife y Fuerteventura para ir acogiendo a los inmigrantes que ahora se reparten por 17 complejos turísticos y, de forma paralela, trabajará para dotar de otras 7.000 plazas estables en el interior de inmuebles.
Asimismo el titular de Migraciones destacó que “el 90%” de los casi 19.000 inmigrantes que han llegado en patera a las islas en lo que va de año “son expulsables a sus países de origen” y aseguró que los traslados a la Península que puede promover su departamento se ciñen exclusivamente a personas en situación de vulnerabilidad.
En esta misma línea, el ministro del Interior explicó que el Gobierno quiere evitar que Canarias se convierta en la “vía de entrada irregular en Europa”. Por eso reclamó a Marruecos la necesidad de “incrementar” el control de los flujos migratorios a Canarias y pidió cooperación del Gobierno marroquí para reforzar las repatriaciones de sus nacionales, dado que son más de la mitad de los migrantes llegados irregularmente a Canarias.
Marlaska también volvió a insistir en que su Ejecutivo no está por la labor de enviar migrantes a la Península de manera masiva tal y como le reclaman tanto el Gobierno canario, como Podemos y algunas entidades humanitarias.
El presidente canario, Ángel Víctor Torres, que compareció en las Palmas junto a Escrivà, subrayó que las derivaciones a la Península siguen siendo una exigencia de Canarias porque es una “obligación solidaria” establecida en el pacto europeo de asilo y migraciones, y porque las islas solo pueden acoger a un porcentaje de los inmigrantes que llegan. En este sentido aseguró que solo se sentirá satisfecho cuando “se desmantele” por completo el campamento del muelle de Arguineguín, donde han llegado a hacinarse más de 2.500 personas, un tercio de las cuales ya han sido trasladadas a un campamento. Mientras, comunidades como Catalunya o Eukadi se abrieron a acoger a los 9.000 migrantes que todavía quedan en las islas.