Merkel: “Pagar el precio diario de 590 muertos no es aceptable”

La canciller alemana, Angela Merkel, se dirigió ayer al Bundestag (el Parlamento federal) en un discurso inusualmente emocional para pedir a los Länder que apliquen nuevas restricciones y reclamar a los ciudadanos que eviten el contacto social al máximo en los próximos días ante la incapacidad de Alemania de doblegar la curva de esta segunda ola de la pandemia, que ayer volvió a batir récord de fallecidos. “Lo siento, de corazón, por todos aquellos que sufren la dureza de la situación”, dijo la mandataria, sobre la decisión adoptada la semana pasada entre su Gobierno y los poderes regionales para prolongar las restricciones vigentes hasta el 10 de enero.

Implicará mantener cerrada la gastronomía, el ocio nocturno, la totalidad de la vida cultural y las actividades deportivas en espacios cerrados. “Es duro”, admitió. “Pero 590 muertos en un día no es una cifra aceptable”, sentenció. “Si ahora tenemos demasiados contactos y luego resulta que ésta fue la última Navidad con los abuelos será que tal vez algo hicimos mal”, afirmó la líder alemana durante el debate sobre los presupuestos del Estado, con la voz entrecortada y tras suplicar “prudencia” ante una pandemia que no da tregua. Para Merkel, las restricciones deberían endurecerse en lugar de plantearse suavizarlas entre el 20 de diciembre y principios de enero para favorecer los encuentros familiares.

Ya en tono menos apasionado, Merkel advirtió de que las vacunas que se puedan poner en los tres primeros meses de 2021, es decir, en la primera fase, no serán suficientes para suponer un “cambio significativo” a nivel epidémico. Aunque subrayó, que si se puede empezar a vacunar a los grupos vulnerables y al personal sanitario a partir de enero, “se habrá ganado mucho”.