POLÉMICA INSTITUCIONES
El 'impeachment' llega al Senado y amenaza con eclipsar el inicio del mandato de Biden
El líder electo plantea que la Cámara compagine el juicio a Trump con la puesta en marcha de sus políticas
El juicio político al todavía presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, llegó ayer al Senado después de haber sido aprobado en la Cámara de Representantes gracias a los votos de los parlamentarios demócratas y de una decena de republicanos. El Senado, todavía en manos de los republicanos, es el que tendrá la última palabra sobre si condena o no a Trump por “incitación a la insurrección”, en relación con el asalto al Capitolio de hace unos días. Sin embargo, los demócratas tomarán en breve también el control de esta Cámara, tras ganar dos senadores por el estado de Georgia, con lo que tendrán más fácil manejar los tempos del impeachment.
Y es que este segundo proceso parlamentario contra Trump amenaza con ensombrecer los primeros cien días de mandato del líder electo de los Estados Unidos, Joe Biden. Para tratar de evitarlo, el propio dirigente demócrata propuso al Senado que dedique una parte de la jornada al desarrollo del juicio contra Trump mientras que el resto, a celebrar las audiencias de confirmación del nuevo Gobierno estadounidense, claves para confirmar a los ministros de Biden y poder poner en marcha sus políticas.
El Senado no retomará sus sesiones hasta el día 19, en vísperas de la toma de posesión de Biden en las escaleras del Capitolio. La ceremonia, en la que no estará presente Trump salvo un cambio de guion, estará blindada por las fuerzas de seguridad ante la amenaza de disturbios violentos protagonizados por los trumpistas. El mismo Trump insistió el miércoles en hacer un llamamiento a la no violencia. Así las cosas, en caso de que el Senado condene a Trump, la sentencia no servirá para sacarle de La Casa Blanca, porque ya la habrá abandonado. No obstante, algunos juristas señalan que la Cámara alta le puede prohibir volver a ocupar cargos públicos, con lo que sería imposible que se presentara a las elecciones presidenciales de 2024.
En paralelo, el ultraderechista Ali Alexander, seguidor de Trump, desveló ayer en redes que tres congresistas republicanos colaboraron con los asaltantes del Capitolio. Según recogió el Washington Post, fueron Andy Biggs y Paul A. Gosar, representantes por Arizona, y Mo Brooks, por Alabama. Biggs y Brooks negaron la acusación, y Gosar rechazó pronunciarse tras filtrarse una foto suya con Alexander hecha en noviembre.