POLÍTICA CATALANA
Las cárceles proponen de nuevo el tercer grado para los presos del 1-O
La conselleria de Justicia debe avalarlo, pero la Fiscalía puede recurrir la semilibertad|| Los líderes en prisión y Òmnium insisten en reclamar una vez más la amnistía
Ponsatí, Puigdemont y Comín se mostraron tranquilos antes de su comparecencia.
Las Juntas de Tratamiento de las cárceles de Lledoners, Wad-Ras y Puig de les Basses han propuesto de nuevo clasificar en tercer grado a los nueve presos del 1-O Carme Forcadell, Dolors Bassa, Oriol Junqueras, Jordi Turull, Raül Romeva, Josep Rull, Joaquim Forn, Jordi Cuixart y Jordi Sànchez. El secretario de Medidas Penales, Reinserción y Atención a la Víctima de la Generalitat, Armand Calderó, explicó que las decisiones fueron adoptadas por unanimidad en el caso de Sànchez, Cuixart y Dolors Bassa y por mayoría para Forcadell.
La clasificación penitenciaria de cada preso se revisa cada seis meses, y en julio las Juntas de Tratamiento de las prisiones ya propusieron este grado de semilibertad para todos los presos del 1-O. El TS lo tumbó en diciembre para los nueve al considerarlo una medida prematura, y la mayoría (excepto Forcadell y Bassa) no llegaron a usar el tercer grado porque quedó en suspenso tras los recursos que presentó la Fiscalía.
Han comparecido en el Europarlamento, que debe decidir sobre el suplicatorio
Tras la propuesta de los funcionarios este jueves, el Servicio de Clasificación Penitenciaria de la conselleria tiene un periodo máximo de dos meses para dar el visto bueno o hacer una contrapropuesta. Fiscalía puede recurrir la semilibertad primero ante el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria y luego ante el Supremo. De hecho, fuentes fiscales calificaron ayer de “choteo” la decisión de las prisiones. Tanto los presos como Òmnium Cultural insistieron que lo que es urgente no es un tercer grado penitenciario, sino la amnistía para los condenados y exiliados.
Puigdemont, Comín y Ponsatí se defienden en la UE Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí esperan ya la decisión del Parlamento Europeo sobre su inmunidad como europarlamentarios. Ayer comparecieron ante la Comisión de Asuntos Jurídicos para defenderse en el proceso del suplicatorio que solicitó el Supremo, para poder reactivar las euroórdenes paralizadas desde que asumieron su escaño a principios del año pasado.
Tras la intervención de cada uno de ellos, por separado, tuvo lugar un turno de preguntas y respuestas con los diputados y, ya sin ellos en la sala, los eurodiputados que forman parte de este órgano debatieron entre ellos cada caso. El proceso es totalmente confidencial y se prevén sanciones si un participante en la reunión rompe el secreto de estas deliberaciones. A su llegada, Puigdemont se mostró “muy tranquilo” ante esta nueva fase de su suplicatorio, iniciado en enero de 2020 y reiniciado recientemente después de que los servicios jurídicos de la Eurocámara dieran luz verde a que este trámite pudiera retomarse con un componente telemático, debido a la pandemia. “Yo sí que respetaré la confidencialidad y por tanto no hablaré (a la prensa) de lo que tengo previsto hablar aquí dentro. Si otros miembros consideran que lo tienen que hacer, esa responsabilidad no es la mía”, dijo Puigdemont.
