ENCUESTA SEGRE | Triple empate entre Junts, PSC y ERC, con ventaja en escaños para los de Puigdemont

Las elecciones del día 14 se saldarían en Catalunya con un empate en porcentaje de votos entre el PSC, Junts per Catalunya y ERC, por este orden y separados cada uno por menos de un 1% de los sufragios. Sin embargo, las votaciones se traducirían tras aplicar el sistema de recuento y asignación de escaños en una victoria para la formación de Carles Puigdemont y Laura Borràs, que se asignarían entre 35 y 38 diputados, seguidos de los socialistas de Salvador Illa (entre 29 y 32 escaños) y ERC (de 29 a 31 escaños). Estas son las principales conclusiones de una encuesta elaborada por el Instituto DYM para Grup SEGRE y otros medios de comunicación.

Estas tres formaciones coparían el 64% de los votos y entre 93 y 101 de los 135 diputados en liza. El resto se repartirían entre Ciudadanos, que cae de la primera a la cuarta posición en relación a las elecciones de 2017 y obtendría entre 11 y 13 representantes; la CUP de Dolors Sabater, que lograría de 7 a 9 diputados, frente a los cuatro actuales; En Comú Podem, con 7 u 8 (similar a los actuales 8) y el PP, con de 3 a 4 representantes.

El voto independentista, según estos resultados, sumaría un 47% de los votos, mientras que los de PSC, PP, Cs y VOX sumarían el 42,6%.

La ultraderecha de VOX irrumpiría en la cámara catalana con entre 6 y 8 representantes, por encima de los populares. Según el sondeo, la formación de extrema derecha recibe votos tanto de Cs como del PP.

El auge del PSC se debería en buena parte al llamado ‘efecto Illa’ a tenor de las puntuaciones de los candidatos. El exministro es el cabeza de lista preferido como President por el 33,9% de los encuestados, seguido de Pere Aragonès (ERC, con el 19,7) y Laura Borràs (19%). Illa es preferido por sus votantes, pero también por los de Cs (un 42,7% votaron a Ciudadanos en 2017) y de ECP (39,4% los votaron). En cambio, Laura Borràs es la preferida por los que dicen tener un sentimiento nacionalista muy alto.

El informe remarca también que el gran rival a vencer por los partidos es la abstención y señala que un 67% prevé votar, con seguridad o probablemente, de modo que un 33% son duda o no prevén votar. La previsión de participación contrasta con la de 2017, cuando superó el 80% de los votantes y el estudio vincula las cifras actuales a la fecha de la votación.

En esta misma línea, un significativo 70,3% de los encuestados opina que la fecha de las elecciones se debería haber retrasado, en consonancia con la intención de la Generalitat, finalmente invalidada por la justicia. Y al hilo de este dato, casi el 86% sostiene que la decisión sobre mantener la fecha del 14 de febrero para las elecciones se ha tomado en base a intereses políticos. Es signiticativo que esta es la opinión de votantes de todos los partidos, incluidos del PSC (un 81,2% sostiene que fue una decisión política), prácticamente la única formación que rechazó un aplazamiento.

En cuanto a los pactos postelectorales, el tripartito de PSC, ERC y ECP (fórmula de 2003 y 2006) es la coalición preferida, con un 34%, y el pacto entre independentistas (ERC, Junts y otros) también recibe un 32,7%.