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Laura Borràs: «Catalunya es un dolor de cabeza para Europa y tiene que seguir siéndolo»

Laura Borràs asegura que no aceptaría los votos del PSC ni del resto de partidos que apoyaron el 155 para ser investida presidenta. Su posición va más allá de futuras alianzas, ya que propone revertir todo pacto en vigor entre soberanistas y socialistas en las instituciones. Rechaza contribuir a la estabilidad de un Estado “que nos quiere débiles” y defiende que ser “un dolor de cabeza para Europa” acelerará la solución al conflicto catalán

Laura Borràs, el lunes en el campus de la UdL en Cappont, donde protagonizó un acto de campaña

Laura Borràs, el lunes en el campus de la UdL en Cappont, donde protagonizó un acto de campañaMagdalena Altisent

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¿Qué es igual y qué diferente de la Junts que incluía al PDeCAT?

El espíritu es el mismo. Junts sigue siendo un espacio de integración, el más transversal del espacio político catalán, donde cabe todo el que quiera avanzar hacia la independencia. Hay gente que procede del PDeCAT, y también de ERC, PSC, ICV y de otros partidos. Junts quiere ser el proyecto en que no se milita en un partido, sino en el país.

Ya separados, ¿por qué un votante de la anterior Junts debería votarles a ustedes y no a PDeCAT?

A los votantes les hablamos de nuestro proyecto, no sobre otros. Somos los del president Puigdemont, la voz de los presos políticos y exiliados. Somos los que no nos resignamos, tenemos la capacidad, la trayectoria y la experiencia como partido de gobierno eficaz y eficiente, con un proyecto de país inclusivo que no deja a nadie atrás. Tenemos la ambición de avanzar hacia la independencia y, como prioridad, la gestión de la pandemia.

ERC también gobierna y puede reivindicar ser la voz de presos y exiliados ¿Qué les diferencia?

Nuestra posición siempre ha sido la misma y ha sido coherente. No pactamos con partidos del 155, no les investimos, no aprobamos sus presupuestos ni apoyamos sus estados de alarma. Nos parece que fortalecer a quien te quiere débil es una mala estrategia para el país y para el independentismo. Pedro Sánchez, el de las mil caras, no tiene ninguna buena para Catalunya. Los presos y exiliados llevan más tiempo así bajo el gobierno de socialistas y comuns que con el PP. Es una dosis de realidad que no podemos negligir.

Sin embargo, la diputación de Barcelona tiene una presidenta del PSC por un acuerdo con Junts que, además, firmó Salvador Illa.

Salvador Illa por el PSC; pero no Laura Borràs por Junts.

David Bonvehí firmó por Junts.

Todos saben lo que opino de ese pacto, y mi propuesta es clara: revertirlo. Lo dije el 10- N y sigue en pie. Quiero dejar claro que no se puede desvincular de pactos locales. Había un principio claro: respetar elvoto independentista y, cuando fuera posible, formar alianzas y dejar de lado a los unionistas. Sin embargo, esto se incumplió en muchos casos y el pacto de la diputación de Barcelona es consecuencia de ello. Mi propuesta es revertirlo todo, en todas las instituciones. Nuestro compromiso es inequívoco. No pactaré con partidos del 155 y ni siquiera aceptaré sus votos para ser investida presidenta.

Su imputación se ha mencionado en campaña, y lo han hecho independentistas como ERC y la CUP.

El suplicatorio ya nos dio pistas. Sigo siempre del lado de los represaliados de toda tendencia. Estos partidos deben decidir si están del lado de la represión y la injusticia española, o bien de sus compañeros de viaje.

En el eje izquierda-derecha, ¿dónde coloca usted a Junts?

Nuestros votantes la ubican en el centro izquierda, es nuestraopción porque ellos lo dicen. La transversalidad y un amplio arco nos dan riqueza, nos permiten avanzar poniendo delante lo que nos une. Es importante porque nos quieren imponer falsas disyuntivas, nos dicen que hay que dar prioridad al eje social en lugar del nacional. En realidad no habrá progreso social sin que lo haya a nivel nacional. Es la única forma de avanzar en cualquier ámbito. A veces lo urgente no deja ver lo importante. ¿Hay que reactivar el país tras la Covid? Sí. ¿Hay que ambicionar la independencia? También, y más cuando la Covid nos mostró que, sin capacidad de decisión ni recursos, no puedes afrontar una situación como la actual.

Adoptó un perfil único al plantear la DUI si el soberanismo lograba el 50% de los votos. Después dijo que no sería inmediata. ¿Qué distingue ahora su propuesta?

Es diferente porque tenemosuna propuesta sobre la mesa. Con el 50% de votos y escaños, nuestro compromiso debe refrendarse con una resolución del Parlament que fije el rumbo de la legislatura. Debemos aprender de los errores desde el 1-O. Está claro qué hacer: reactivar la declaración de independencia cuando se esté en disposición de hacerlo. El cuándo nos llevó probablemente a la precipitación: hubo una declaración que se suspendió. Cuando la activemos, debemos estar en posición de defenderla. Lo importante no es cuándo, sino cómo.

¿Y qué me dice del cómo?

Todas las vías están abiertas. Entre ellas, negociar con el Estado un referéndum vinculante. Ese debería ser el objetivo de la negociación política con Madrid. Sin embargo, ahora solo se habla de diálogo en un sentido falso. La intransigencia del Estado no puede frenar el anhelo de libertad del pueblo de Catalunya. Si esta vía es intransitable, hay que seguir avanzando. Ante la intransigencia del Estado y con una mayoría sostenida en el tiempo, la unilateralidad es una opción legítima.

¿Qué debe suceder para tener éxito donde antes no lo tuvieron?

El principal error ya lo reconoció Puigdemont. Confió en que el Estado mantendría su palabra de negociar y eso no pasó. La credulidad ya no puede formar parte de los errores que se cometan. Cuando se hablaba de una mesa de diálogo, advertimos de que nacía coja, era una negociación entre partidos y no gobiernos. El engaño se ha confirmado y sin embargo el chicle se alargó hasta los presupuestos del Estado, aprobados con la mesa de diálogo como anzuelo.

No poner fecha evita precipitarse; pero implica riesgo de eternizarse. ¿Cómo se evita esto último?

No hemos venido a cronificar el conflicto. Quienes sí quieren hacerlo dan largas para que no haya resolución. Hay cuestiones claras e inequívocas. Al plantear si se respeta el derecho a la autodeterminación, la respuesta es sí o no. Y lo mismo sucede al preguntar sobre amnistía o represión. No queremos cronificar esta situación y por eso no investimos a Pedro Sánchez: al no hacerlo y no dar estabilidad a su Gobierno somos un dolor de cabeza para Europa. Y tenemos que seguir siéndolo, porque de lo contrario no se buscará una solución. Nosotros la tenemos, y la queremos ejercer de forma cívica, pacífica y democrática. Solo necesitamos un Estado democrático al otro lado.

A falta de aliados, ¿hay que ser un dolor de cabeza?

Siempre. Ahora se lo ha encontrado Josep Borrell, con un ridículo astronómico ante Rusia. No solo para él, que ya tiene mucha práctica en eso, sino para la Unión Europea. No puedes ir a reclamar libertad para presos políticos cuando tú mismo los tienes, es una vergüenza que Europa no tolera bien. Que Rusia y muchos otros países conozcan nuestra situación obligará a que haya una solución para el caso catalán

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