Gana Illa con mayoría “indepe”

La historia se repite y ser el más votado no da el pasaporte automático para presidir la Generalitat. Le sucedió a Pasqual Maragall, a Artur Mas, a Inés Arrimadas en 2017 y previsiblemente le pasará al socialista Salvador Illa, que ayer consiguió 45.000 votos más que la candidatura del republicano Pere Aragonés, pero dificilmente conseguirá la investidura a la que dijo anoche que se presentará porque el bloque independentista consiguió un récord de 74 diputados, cuatro más de los que tenía. La Covid impidió que las urnas se llenaran tanto como hace tres años y medio, pero la participación superó el 53 por ciento y se confirmó el “efecto Illa”, porque la lista del ex-ministro de Sanidad casi dobla los escaños socialistas pasando de 17 a 33, pero llegó acompañado del “batacazo Carrizosa” con la pérdida de 30 de los 36 escaños que tenía Ciudadanos, lo que sumado al estancamiento de En Comú-Podem que repite resultados le deja sin apoyos necesarios en el bloque constitucionalista para poder gobernar.

Quien sí podrá hacerlo, ocupando por primera vez desde la República la presidencia de la Generalitat, será Esquerra que se convirtió con Pere Aragonès en el grupo más votado del bloque independentista, ganando un escaño y empatando a 33 con los socialistas. A solo un diputado, con 32, se ha quedado JxCat que ha pagado la escisión del PDeCAT que no consigue representación parlamentaria con un 2,72 por ciento que le resta un escaño al grupo de Laura Borràs y lo que es más importante la hegemonía en el bloque independentista que con los nueve escaños de la CUP llega hasta los 74 escaños, una cifra récord, y que también consigue superar el 50 por ciento de votos.

Salvo que las asambleas cuperas decidan enviar a alguien más a la “papelera de la historia” como ya hicieron con Artur Mas, todo apunta a que Pere Aragonès será el nuevo presidente de la Generalitat. Y quien ya anunció ayer que asumirá responsabilidades que pueden llegar hasta la dimisión fue, Carlos Carrizosa, protagonista del derrumbe de quienes fueron más votados en los últimos comicios y ahora han pasado a ser la séptima fuerza.

Más residual de lo que ya era en Catalunya lo será el PP que pierde un escaño y lo que es peor la hegemonía en la derecha que pasa a manos de Vox, cuya irrupción con 11 escaños lamentaban todos, convirtiéndose en la cuarta fuerza y con representación en todas las circunscripciones. El mapa catalán vuelve a reflejar como los socialistas cimentan sus buenos resultados en el área metropolitana ganando en Barcelona, mientras que Esquerra se impone en Tarragona y JxCat se mantiene como la fuerza más votada en Girona y Lleida.

Sin embargo, en las comarcas de Lleida también paga la escisión del PDeCAT que le resta cuatro puntos, insuficientes para que Marc Solsona gane un escaño que se queda a 638 votos, pero suficientes para que los pierda la candidatura de Ramon Tremosa que se queda con 5, los mismos que consigue Marta Vilalta con ERC. Los socialistas triplican su representación y se completan los escaños de Lleida con uno para la CUP y otro para Vox.

Las urnas han hablado, consolidando los dos bloques, independentismo y constitucionalismo, con mayoría del primero y un deslizamiento a la izquierda y a falta de los pactos han concedido la victoria al partido que ha asumido la mayor responsabilidad en la gestión de la pandemia y su candidato Pere Aragonès ya hablaba anoche en clave de president de la Generalitat.