Interior y Mossos se emplazan para trabajar juntos y devolver la tranquilidad a las calles

El conseller de Interior, Miquel Sàmper, y los sindicatos de los Mossos d’Esquadra se reunieron ayer por la mañana para intentar enterrar el hacha de guerra, después de varias jornadas de reproches mutuos a cuenta de las manifestaciones de los dirigentes políticos catalanes sobre la actuación de los agentes ante las protestas por el encarcelamiento de Pablo Hásel y se emplazaron para trabajar juntos y devolver la tranquilidad a las calles. El conseller, de JxCat, arropó a los Mossos y dijo haberse quedado “muy solo” llamando a la calma y censurando la “violencia extrema” que se ha visto en los últimos días en las calles de Catalunya.

Por su parte, los sindicatos policiales exigieron a la Generalitat que cumpla con las promesas que les hizo en 2013, cuando se reformó el modelo de orden público, ahora cuestionado. Mientras tanto, las marchas por la libertad de Hasél no cesaron y se reprodujeron por sexta noche consecutiva en varios puntos del territorio catalán.

Sàmper afirmó que Interior y los sindicatos de los Mossos tienen una “voluntad unánime de mejora” y de “autocrítica”. En una reunión que el máximo responsable de Interior calificó de “franca, abierta y sincera”, Sàmper manifestó que los disturbios que han seguido a las manifestaciones en solidaridad con Hasél han sido de una “violencia extrema”.

En este sentido, dijo haberse quedado “muy solo” en la condena de estos actos y en los llamamientos a la calma. Y es que desde las formaciones independentistas, también desde JxCat, a la que pertenece Sàmper, en los últimos días se ha puesto el foco en la actuación de los agentes y se ha criticado la respuesta policial ante los altercados.

Todo ello, en plenas negociaciones para investir a Pere Aragonès como president. Aragonès necesita del respaldo de la CUP, y líderes cupaires han tomado parte en las protestas y han exigido la disolución de la Brimo.

Los sindicatos de los Mossos, entretanto, confiaron en que los políticos “dejen de instrumentalizar” al cuerpo y exigieron a Interior que cumpla con las promesas que les hizo tras la última reforma del modelo de orden público, en 2013. En paralelo, centenares de personas salieron de nuevo a la calle para clamar por la libertad de Hasél.

En Barcelona, mil manifestantes se congregaron en la Estación de Sants. En una de las pancartas se leía “nos habéis enseñado que ser pacíficos es inútil”.

En Via Laietana hubo lanzamiento de objetos a los agentes, en Passeig de Gràcia saquearon algunas tiendas, hubo carreras en el Eixample y se practicaron arrestos al menos siete arrestos. En Girona también se manifestaron unas 200 personas.

A mediodía, en Bilbao, tras una marcha, quemaron varios contenedores. Todo, tras las protestas del sábado, que dejaron un reguero de detenidos y destrozos.

La patronal cifra en 750.000 € los daños por los altercados en Barcelona

Foment del Treball y las asociaciones empresariales, hoteleras y de restauración de Barcelona cifraron ayer en 750.000 euros los daños que se produjeron en establecimientos del Passeig de Gràcia durante las protestas del sábado por la noche. Los altercados de esa jornada, que acabaron con 38 detenidos en toda Catalunya, 16 de los cuales menores, también provocaron daños en vidrieras del Palau de la Música, hechas de un material que ya no se fabrica. El ayuntamiento de Barcelona, por su parte, calculó que los daños en mobiliario urbano del sábado ascienden a 130.000 euros.