Prisión provisional sin fianza para los ocho detenidos que actuaron en grupo en los disturbios del sábado en Barcelona

El juzgado de instrucción número 17 de Barcelona ha acordado prisión provisional sin fianza para los ocho detenidos que actuaron en grupo y organizados en los disturbios del sábado pasado en Barcelona. Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), los arrestados sólo han contestado a las preguntas de su defensa. Se trata de cinco hombres y una mujer de nacionalidad italiana, otra mujer francesa y una octava de nacionalidad española. La causa está abierta por los delitos de homicidio en grado de tentativa, atentado en agentes de la autoridad, desórdenes públicos, daños, manifestación o reunión ilícita y pertenencia a grupo criminal. Los detenidos estarían detrás de la crema de una furgoneta de la Guardia Urbana en la Rambla

Los Mossos detuvieron a estas ocho personas durante los disturbios del sábado y el lunes hicieron dos cacheos en dos naves industriales ocupadas de Canet de Mataró y Mataró donde vivirían. La policía catalana informó que formaban un grupo "violento y organizado" que dio por desarticulado con sus detenciones, aunque en sus declaraciones aseguran que no se conocen.En su auto, el magistrado explica que en la manifestación del miércoles 17 de febrero ya se detectó la presencia de un grupo compacto de personas que hablaban italiano entre ellas y que participaban activamente en los disturbios. Por eso los Mossos decidieron seguirlos en las siguientes manifestaciones, y el sábado 27 de febrero había varios agentes infiltrados. El dispositivo de seguimiento pudo observar a 15 personas que hablaban italiano entre ellas y de forma "coordinada y muy violenta" provocaban ataques a comercios y entidades bancarias. El grupo era liderado por dos jóvenes con impermeable con una franja refractando en la espalda y que daban órdenes al resto, incluso con palabras clave, órdenes acatadas inmediatamente.Uno de los dos líderes llevaba un martillo con el cual rompían los escaparates, y seguidamente aparecía otro grupo, del cual se desconoce si tenían relación, que se dedicaba a incendiar los establecimientos. Con este método asaltaron una oficina del Banco Sabadell de la calle Hospital, una de Caixabank en la avenida Drassanes, una del Santander en la plaza de la Boqueria, una del BBVA en la Rambla, y una de Kutxabank en la Rambla de Catalunya. También asaltaron la tienda de Zara de plaza Catalunya, con daños calculados en 500.000 euros, y el hotel NH de la Rambla Catalunya.Los agentes que seguían el grupo pudieron observar como estos alborotadores no sólo actuaban sobre los establecimientos sino que también destrozaban mobiliario urbano. Así, por ejemplo, uno de los miembros abría las tapas de las farolas de la calle y otros cortaban los cables para dejar la calle a oscuras. Todos los miembros del grupo, además de acatar las órdenes, daban cobertura al resto de compañeros, y por eso impedían violentamente a los periodistas que gravaran sus acciones y formaban un círculo por proteger los autores directos de los destrozos.El grupo se dirigió en la comisaría de la Guardia Urbana de la Rambla, donde tiraron todo tipo de objetos contra la línea policial y los vehículos. Uno de los encarcelados, A.F., que hacía las veces de líder, tiró un objeto incendiario contra los agentes, pero el cóctel impactó contra un árbol. Después tiraron una bengala que acabó bajo la furgoneta policial, e inmediatamente después la rociaron con un líquido inflamable, cosa que provocó las llamas que rodearon el vehículo. El conductor pudo salir por la puerta del copiloto cuando ya sentía el calor de las llamas, y los mossos d'Esquadra que llegaron al lugar de los hechos pudieron apagarlas.Según el magistrado, analizando las imágenes y el atestado policial, se deduce que había una acción coordinada para incendiar la furgoneta, sin importarlos que dentro hubiera un agente.La investigación policial apunta a A.F., italiano, como la persona que tiró el cóctel molotov que impactó en un árbol, y S.C. C, italiana, quien tiró el líquido inflamable en la furgoneta. El primero, además, era quién llevaba el líquido momentos antes de los hechos. Los agentes también aseguran que una de las encarceladas llevaba una mochila que después estaba en poder de otra de las arrestadas. En una de las mochilas que abandonó una de estas detenidas se encontraron 20 pastillas incendiarias, un tarro de disolvente y un trapo impregnado de un líquido con un fuerte olor. Las dos arrestadas llevaban ropa que olía a disolvente o gasolina. Dos de los arrestados, además, fueron sorprendidos cuando se quitaban ropa impermeable juntos.Otros elementos para determinar que eran un grupo, según el magistrado, son que viven en el mismo domicilio y todos llevan un mechero idéntico y "muy singular".Por todo eso, por las graves penas que podrían suponer los delitos que se los atribuyen, por el hecho de que siete de ellos sean extranjeros y por lo tanto puedan huir y por el riesgo de reiteración delictiva enpróximas manifestaciones violentas pro-Hasél, el magistrado ha justificado la prisión preventiva.