Se avecina nueva ley electoral
ERC y JxCat negocian una norma propia que regule los comicios || Sopesan cambiar el reglamento del Parlament y el Govern se dividirá a partes iguales
ERC y JxCat están negociando, en el marco del acuerdo de investidura para ha- cer president a Pere Aragonès, una ley electoral catalana y una reforma del reglamento del Parlament. Así lo adelantó anoche el Diari Ara de fuentes cercanas a las conversaciones. Éstas añadieron que el futuro Executiu se dividiría a partes iguales entre republicanos y juntistas.
De esta forma, con los retoques en el reglamento del Parlament, las dos formaciones tratarían de combatir el discurso de los ultraderechistas de Vox y defender los “derechos”. Sin embargo, no han trascendido detalles más concretos. Igualmente, no sé sabe si la reforma blindaría a Laura Borràs, presidenta del Parlament y que está siendo investigada por un presunto fraccionamiento de contratos en la Institució de les Lletres Catalanes (ILC) por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TJSC). En cuanto a la ley electoral, como Catalunya no ha aprobado nunca una norma en este sentido, se sigue rigiendo por la estatal, de 1985. El borrador con el que trabajan republicanos y juntistas contem- plaría la creación de una Sindicatura Electoral propia, del estilo de la del 1-O, cuyos miembros fueron absueltos hace unos días. Con todo, unos y otros lograrían el mismo número de consellerias, con la presidencia en manos del republicano Pere Aragonès.
A favor de que los electores puedan delegar su voto ERC, JxCAT y el PDeCAT apoyarán esta semana en el pleno del Congreso que los españoles en el extranjero puedan delegar su voto a una persona de su misma circunscripción en España, lo que afectaría directamente a los políticos encausados en el procés que permanecen en el extranjero. Esta modificación legislativa beneficiaría a Carles Puigdemont, que está en Bélgica, o a la republicana Marta Rovira, radicada en Suiza.
Pese a estos avances, el pronóstico del exdirigente republicano Joan Tardà de que un nuevo Govern de ERC y JxCat sería “un Vietnam diario” se está cumpliendo, habida cuenta de la lentitud con la que se desarrollan las negociaciones. Y es que la mayoría absoluta obtenida por las fuerzas independentistas, con 74 de los 135 escaños del Parlament, parecía allanar el camino a la reedición de la coalición entre ERC y JxCat, con una mayor implicación de la CUP, pero la rivalidad crónica y la pugna estratégica entre los dos actuales socios del Govern están convirtiendo la investidura de Aragonès en el enésimo pulso agónico. A finales de marzo, Aragonès ya se sometió a una primera sesión de investidura fallida. Solo logró los apoyos de los suyos y de la CUP. Sin el aval de los diputados juntistas y el ‘no’ del resto de grupos, los republicanos vieron frustrado su intento de recuperar la presidencia de la Generalitat cuarenta años después.
No han tenido president desde que abandonara el cargo Josep Tarradellas, que se lo cedió a Jordi Pujol tras los primeros comicios autonómicos. JxCat ha ido enfriando la posibilidad de acuerdo, aunque Elsa Artadi, vicepresidenta del partido, admitió la semana pasada que ya está más cerca. En este sentido, JxCat ha aplazado su congreso extraordinario del 24 de abril hasta los días 7 y 8 de mayo, lo que permite pensar en un posible acuerdo previo a esas fechas. Si el 26 de mayo no ha habido investidura, serán convocadas nuevas elecciones.