Madrid busca su cielo

Los conductores que llegan a la capital del Estado por la famosa M-30 se encuentran con un gran cartel al pasar bajo el puente peatonal que une el Parque de Roma con Moratalaz: “De Madrid al cielo”. Una frase castiza que viene a decir que como en esa ciudad no se está en ningún sitio.

Desde luego quien la ideó no hubiera imaginado una campaña electoral como la que acaba hoy domingo. Ha estado plagada de polémicas, descalificaciones y hasta una oleada de misivas con amenazas de muerte que primero llegaron al líder y candidato de Podemos, Pablo Iglesias, la ministra de Turismo, el del Interior, la directora de la Guardia Civil, la candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso, y hasta el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero.

Un contexto en el que la izquierda ha centrado sus ataques en los ultras de Vox y en la posibilidad de que Ayuso acabe gobernando con los de Santiago Abascal.. Nadie dudaba que Ayuso ganaría los comicios que se celebran el martes, pero ahora la incógnita es saber cuál es su techo. La popular insiste en que quiere gobernar en solitario y se ha revuelto durante toda la campaña sin querer decir si está dispuesta a tener consejeros de Vox.

Su guerra particular ha sido con el PSOE, más concretamente con Pedro Sánchez, que se ha implicado en esta campaña en apoyo a su candidato, Ángel Gabilondo. Hace ya días que se cuestiona esta estrategia electoral y, a falta de la sentencia de las urnas, las encuestas apuntan a que ha sido un error.

Tanto, que incluso Más Madrid, con Mónica García a la cabeza, puede incluso dar el sorpasso y ponerse por delante de un Gabilondo, que había ganado en votos y escaños en 2019, pero que no pudo gobernar porque la alianza entre PP y Cs, apoyados desde la Asamblea por Vox, se lo impidió.. Con un Vox que confía en mantenerse ante el empuje de Díaz Ayuso, una de las grandes incógnitas es saber qué pasará con Ciudadanos e incluso Podemos, que de no alcanzar el 5% de los votos emitidos el martes se pueden quedar fuera de la Asamblea. Parece que no sería el caso de morados, aunque el llamado efecto Iglesias, que dejó el Gobierno de Sánchez para salvar los resultados en Madrid, parece que se está desinflando. Ciudadanos ha confiado en Edmundo Bal para intentar frenar una caída libre y dar la sorpresa si consigue mantener presencia en la política de la comunidad.

Apuesta por la reforma fiscal y vivienda públicaUno de los puntales de la campaña de Ángel Gabilondo ha sido la vivienda, con la promesa de 15.000 de carácter público y ayudas para que los jóvenes puedan independizarse. Descarta subir los impuestos de inmediato, pero insiste en que la reforma fiscal es urgente.

Impuestos a la baja y la economía en el centroIsabel Díaz Ayuso ha centrado su campaña en defender su política de reducción de impuestos, mantener las mínimas restricciones a empresas y negocios en plena pandemia y presentarse como adalid de la libertad para las familias en aspectos como la educación.

Una médica en defensa del sistema sanitarioLa médica Mónica García promete “una nueva orientación a las políticas públicas” y centrarse en medidas que garanticen la salud de los madrileños como un derecho fundamental para “reconstruir” el sistema sanitario donde se contemple la importancia del “bienestar físico, mental y social”.

Medios digitales para los escolaresEdmundo Bal ha lanzado un manifiesto al resto de candidatos, que no han recogido el guante, para condenar la violencia y denunciar la crispación. Entre sus propuestas estrellas se encuentra prometer una tablet o un PC a todos los alumnos de Primaria y Secundaria de Madrid.

Política feminista y economía sosteniblePablo Iglesias defiende la subida de impuestos, en especial para las rentas superiores a 60.000 euros y promete una política feminista. En sanidad, quiere revertir “las privatizaciones del PP”. También defiende un turismo ético y sostenible y potenciar la investigación.

Campaña contra Menas y mezquitasUno de los principales objetivos del programa de Vox es ‘frenar a los Menas’, “devolviendo a sus países a los que han entrado ilegalmente”. Quiere cerrar las mezquitas fundamentalistas que “justifican la violencia contra la mujer o los homosexuales, y que crean inseguridad en nuestras calles”.