CRISIS MIGRACIÓN
Marruecos cierra sus fronteras
Tras dos días en los que unos 8.000 migrantes han logrado cruzar a Ceuta ante la pasividad de Rabat || Interior ha devuelto ya a 5.600, de los que un millar decidieron irse voluntariamente
Las autoridades marroquíes cerraron ayer los accesos hacia Ceuta y pusieron fin a las avalanchas masivas de emigrantes que se produjeron el lunes y el martes, en los que entraron en la ciudad autónoma más de 8.000 migrantes, unos 1.500 de ellos menores. Del total, unos 5.600 adultos ya han sido devueltos al país vecino, según informó el ministerio de Interior (los menores solo pueden ser regresados si los reclama un familiar). Cerca de un millar emprendieron el viaje de vuelta a Marruecos de manera voluntaria.
Los centenares de personas que estuvieron concentrados en la frontera marroquí frente al paso de Tarajal, aprovechando cualquier distracción policial o cualquier oportunidad para pasar la frontera a través del espigón, fueron desalojados por las fuerzas antidisturbios marroquíes, que les impidieron el paso tras dos días inacción. La intervención policial de Rabat en el paso fronterizo fue determinante, además de para frenar los flujos migratorios, para las devoluciones in situ de los migrantes.
Con todo, pequeños grupos consiguieron echarse también al mar a nado o a bordo de infraembarcaciones para llegar a Ceuta, muchos de los cuales fueron interceptados por la Guardia Civil. En la ciudad autónoma, cientos de los jóvenes que los últimos dos días llegaron a nado emprendieron el viaje de vuelta al país vecino de manera voluntaria tras evidenciar que el paso de Ceuta a la península no iba a producirse y tras pasar una o dos noches al raso y deambulando por las calles.
Estos días se han producido imágenes inolvidables, como la de un guardia civil que logró rescatar del mar a una bebé..
Traslada su disposición a acoger menores no acompañados de Ceuta, como Euskadi o Baleares
Mientras la situación se calmaba en Ceuta, en Melilla las fuerzas de seguridad de España y Marruecos abortaron el intento de entrada de unos 40 subsaharianos en el mismo lugar por el que 24 horas antes había accedido 80 migrantes.
A pesar de que la tensión entre España y Marruecos ha disminuido con la reactivación de los controles fronterizos por parte de Rabat, una labor que ha sido apoyada por el Gobierno español con 90 millones de euros en los últimos tres años, la sombra de que el éxodo de migrantes fue una represalia por la acogida del líder del Frente Polisario,
Brahim Ghali, volvió a aparecer. El ministro de Derechos Humanos marroquí, Mustafá Ramid, aseguró que España “sabía que el precio por subestimarlos era alto”.
El Gobierno y las comunidades autónomas acordaron ayer ofrecer alrededor de 200 plazas de acogida para menores no acompañados que ya estaban en centros de protección de Ceuta de manera que se pueda “atender adecuadamente” a los niños que han llegado desde el pasado lunes a la ciudad autónoma.
Catalunya fue una de las que trasladó su disposición a la acogida, pero pidió tener en cuanta que actualmente tutela a cerca de 1.500. País Vasco, Castilla y León y las Islas Baleares también se ofrecieron a ello. Por su parte, Andalucía se negó asegurando que no tiene capacidad para ello.
Sánchez y Casado se acusan de “deslealtad” ante la crisis con Rabat La llegada de migrantes de los últimos días provocó ayer un duro enfrentamiento entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Pablo Casado, en la sesión de control del Congreso. Ambos se acusaron mutuamente de deslealtad ante sus respectivas actitudes frente a esta crisis con Marruecos. Una crisis que Sánchez reconoció que no es migratoria, sino “de otro tipo”, y que fuentes del Ejecutivo precisaron después que lo que sucedió realmente fue “un asalto” a las fronteras españolas.