TRIBUNALES VIOLENCIA DE GÉNERO
El hombre que mató a su mujer en Blanes delante de los hijos menores de edad, condenado a 31 años de prisión
Le asestó 23 puñaladas
La Audiencia de Girona ha condenado a 31 años de prisión a Rolando Dionicio Bolívar, el hombre que mató a su mujer a cuchilladas en Blanes (la Selva) delante de los hijos menores de edad el 9 de abril del 2018.
Siguiendo el veredicto del jurado popular, lo condenan como autor de un delito de asesinato con las agravantes de parentesco y de género y de dos delitos de lesiones psíquicas por el trauma que causó en los hijos.
A la hora de imponer la pena, el magistrado tiene en cuenta "las circunstancias crueles" del crimen: "Infringió a la víctima 23 puñaladas y tuvo que sufrir una larga agonía". También recoge el sufrimiento emocional de los hijos y remarca que su relato al juicio fue "estremecedor" porque los obligó a presenciar una "escena aterradora".
La sentencia de la sección tercera de la Audiencia de Girona, de la cual ha sido ponente el magistrado-presidente del jurado Manuel Ignacio Marcello, recoge el veredicto del jurado popular que declaró probado que hacia las cinco y media de la mañana del 9 de abril del 2018 el acusado cogió un cuchillo de cocina, se dirigió al dormitorio donde estaba su mujer y le asestó hasta 23 cuchilladas, algunas en zonas vitales como la garganta y el tórax.
"La ejecución del crimen se llevó a cabo de manera totalmente inesperada para la víctima", expone la sentencia que argumenta que la mujer no tuvo ninguna posibilidad de defenderse porque la atacó mientras dormía.
Tal como sostenía el fiscal Enrique Barata, el jurado popular apreció las agravantes de parentesco, porque la pareja estaba casada, y de género: "Le causó la muerte porque no aceptaba la decisión de separarse que ella le había planteado unos días antes". Según el tribunal, la mujer quería llevar "una vida independiente con sus hijos, lejos del acusado" y el procesado quiso ejercer "una situación de control y dominación" hacia la víctima.
A la argumentación de la sentencia, el magistrado también recoge que varios testimonios explicaron en el juicio que la mujer tenía miedo del acusado y que había sido víctima de maltratos y agresiones. El ataque lo presenciaron los dos hijos menores de edad de la pareja, que entonces tenían 10 y 17 años. El niño más pequeño, recoge la sentencia, oyó los gritos "de pánico y auxilio" de su madre, salió al pasillo y se la encontró tirada en el suelo. También vio a su padre intentándose autolesionar con el cuchillo y tuvo que intervenir para quitárselo de las manos.
Como consecuencia, el menor sufre estrés posttraumático y tiene que seguir tratamiento médico y psicoterapéutico. La hija, que tenía 17, también se despertó alertada por los gritos de la madre. La fue a socorrer pero la mujer "acabó muriendo entre sus brazos sin que lo pudiera evitar". La chica también sufre afectaciones emocionales y psicológicas por haber presenciado una escena que la sentencia califica "de aterradora".
El magistrado apunta que el relato de los hijos del acusado y de la víctima al juicio -dónde declararon a puerta cerrada- fue "estremecedor" y permitió "aflorar la gravísima afectación emocional que a día de hoy todavía sufren los dos". "La afectación emocional es de tal magnitud que los psicólogos que declararon al juicio se mostraron contundentes a la hora de aseverar que la muerte de un progenitor en manos del otro constituye el incidente traumático más grave y con mayor nivel de cronicidad para los hijos".
23 puñaladas
El fiscal Enrique Barata mantuvo la petición de 34 años de prisión para el acusado y las tres acusaciones (en nombre de la familia, de la Generalitat y del ayuntamiento) la elevaron a 35. La defensa, encabezada por el letrado Pere López de Coca, solicitó 19 años.
A la hora de imponer la pena, el magistrado condena a Bolívar a 23 años de prisión por el asesinato con las agravantes de parentesco y de género teniendo en cuenta "la gravedad de los hechos cometidos": "No pueden obviarse las circunstancias crueles en las que se cometió el crimen, sobre todo el hecho de que infringiera ni más ni menos que 23 cuchilladas a la víctima haciéndole sufrir una agonía larga". Por cada uno de los dos delitos de lesiones psíquicas con el agravante de parentesco fija 4 años de prisión.
Además, la sentencia impone al acusado la prohibición de acercarse a menos de mil metros o comunicarse con los dos hijos durante 10 años. También le retira la patria potestad del hijo que todavía es menor de edad y la DGAIA seguirá asumiendo las funciones de tutela. En concepto de responsabilidad civil, el acusado tendrá que indemnizar a los padres de la víctima con 62.000 euros, a cada uno de los hijos con 124.000 euros y a la hermana de la mujer con 20.000 euros. La sentencia no es firme y se puede recurrir interponiendo recurso al TSJC.