Rabat compara acoger al líder polisario con recibir a soberanistas catalanes

La “grave crisis” entre Madrid y Rabat no terminará con la comparecencia del líder saharaui Brahim Ghali hoy martes ante la Audiencia Nacional, sino cuando “España aclare sin ambigüedades sus elecciones, sus decisiones y sus posiciones” en relación al Sáhara Occidental, señaló ayer el ministerio marroquí de Exteriores en un comunicado. El llamado caso Ghali “ha revelado la connivencia de nuestro vecino del norte con los adversarios del Reino para socavar la integridad territorial (así como) las actitudes hostiles y las estrategias perjudiciales de España hacia la cuestión del Sáhara”, agregó el comunicado.

“¿Cómo podemos saber que España no volverá a conspirar con los enemigos del Reino? ¿Cómo restablecer la confianza después de un error tan grave? (...) ¿Qué busca realmente España?”, señaló la declaración. El Gobierno marroquía aseguró que esta crisis no es resultado solo de la acogida de Brahim Ghali y planteó al Ejecutivo de Pedro Sánchez cuál habría sido su reacción si quienes hubieran sido recibidos en el Palacio Real marroquí fueran “separatistas catalanes”.

Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseguró que es “absolutamente inaceptable” que Marruecos haya podido “atacar las fronteras” de Ceuta con el asalto de más de 10.000 personas como forma de protestar por un problema de política exterior. “No es admisible que un Gobierno diga que se atacan las fronteras, que se abren para que entren 10.000 en un país vecino por desavenencias y discrepancias en política exterior”, subrayó Sánchez en respuesta a la declaración del ministerio de Asuntos Exteriores de Marruecos.

El líder el Frente Polisario, Brahim Ghali, declarará hoy por videoconferencia desde el hospital de Logroño, donde permanece ingresado por complicaciones derivadas de la Covid-19, ante el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, que ha reactivado dos querellas presentadas en su contra por diversos delitos, incluidos de lesa humanidad.