Pedro Sánchez justifica los indultos para abrir "una etapa de diálogo y reencuentro
Después de una larga reunión del Consejo de Ministros, el presidente Pedro Sánchez ha comparecido para anunciar de manera solemne la decisión en una breve declaración institucional sin preguntas.
Sánchez ha recordado que "después de sopesar las razones a favor y en contra" de la medida, el Gobierno ha estimado que hay "razones de utilidad pública" que aconsejan el perdón a los nueve encarcelados del 1-O. Ha explicado que se trata de indultos parciales, ya que se conmutan "las penas pendientes de prisión, pero se mantienen las condenas por inhabilitación de todos los condenados".
Además, es una medida reversible: los indultos quedan condicionados "al hecho de que no se cometa un delito grave durante un plazo de tiempo". De lo contrario, el perdón quedaría "sin efecto". Aunque él no lo precisó, esta condicionalidad será de tres a seis años, según el penado. Los nueve expedientes, cada uno de ellos de unas 30 páginas, son individualizados.
Sánchez alegó que "no está en cuestión" la vía judicial, que concluyó con la sentencia firme del Supremo de 2019. Ha sostenido que "ahora es el momento de la política, de pasar página", el momento de "volver a la vía que nunca se tuvo que abandonar", de concentrar "todas las energías" al mejorar la vida "de los ciudadanos en" este tiempo de dificultades y esperanzas". A juicio de presidente, la "doble certeza" que Cataluña sin España no sería europea, ni próspera, ni plural y que España sin Cataluña" no sería España. "Es el norte que guía el camino del Gobierno, y hay camino".
Los indultos, siguió, en línea con el discurso del Liceu en Barcelona, afectan a nueve dirigentes independentistas, pero "están sobre todo dirigidos a los muchos catalanes que se sienten solidarios con los que no están tomados y también a muchos otros de lo que dieron apoyo sus actos pero sí creen que ya han cumplido bastante castigo".
De nuevo, Sánchez ha insistido en que la medida de gracia no exige a sus beneficiarios "cambiar de ideales" ni el Gobierno "espera tal cosa". De hecho, los condenados "no fueron sancionados [para|por el Tribunal Supremo] por sus ideas, sino por sus actos contrarios a la legalidad democrática". El presidente enfatizó que la Constitución no es militante, pero sí que exige que todas las ideas se defiendan "en el marco de la legalidad y con respeto a los derechos de todos". En cuanto|Así que el Gobierno "trabaja y seguirá trabajando para el entendimiento, no por|para el enfrentamiento".
El Ejecutivo, continuó, pretende "abrir un nuevo tiempo de diálogo y tender puentes de concordia" -otra palabra fetiche- entre personas muy alejadas ideológicamente, pero que no se pueden ignorar. Auguró que habrá "dificultades", en el camino, sin embargo "vale mucho la pena recurrir|recorrer-", y la obligación del Gobierno es "ayudar" a conseguir este "futuro mejor" en Cataluña y España. "En este día, miramos el futuro" con más optimismo".