ESNOTICIA
Dos formas de encarar el futuro
El presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, insistió ayer en que la concesión del indulto a los presos del procés debe servir para “volver a apostar por el diálogo y el reencuentro”. Por su lado, el jefe del Govern, Pere Aragonès, le exigió, que esta nueva etapa de “negociación” venga acompañada de “amnistía y un referéndum pactado”.
Sánchez, que compareció desde la Moncloa para anunciar la aprobación de la medida de gracia, insistió en que esta se ha concedido por “razones de utilidad pública”, ya que el objetivo es restablecer la convivencia y la concordancia en el seno de la sociedad catalana y en el conjunto de España”. En este sentido, afirmó que los españoles “quiere una Catalunya próspera, europea, plural y solidaria, y con un alto grado de autogobierno”, y que “Catalunya sin España no sería próspera, ni europea, ni plural”.
Aragonès defiende que la concesión del indulto es un reconocimiento a que las condenas fueron injustas
El presidente, que definió la decisión como una “muestra de grandeza democrática de España”, añadió que se ha adoptado no solo pensando en los nueve afectados, sino también en los “cientos de miles de personas que se sienten solidarios con los presos”, y también por los que, pese a no apoyar sus actos, creen que ya han cumplido bastante castigo. En este punto también quiso rebatir los argumentos de la derecha y recordó que los indultos “no exigen que los beneficiados cambien sus ideas”, ya que, según él, ninguno de ellos fue condenado por ellas, sino por “sus actos contrarios a la legalidad democrática”. Aragonès compareció en la Galeria Gótica del Palau de la Generalitat, arropado por los 14 consellers del Govern poco después. Durante su intervención dijo que los indultos son un paso que “ayuda a generar credibilidad en el camino de la negociación y el acuerdo para resolver el conflicto” catalán, aunque para ello, insistió, debe cesar “toda la represión” contra el independentismo, incluidos aquellos que se encuentran en el extranjero. “Es la hora de la amnistía y de un referéndum acordado”, aseveró.
El president aconsidera que la medida de gracia supone “un reconocimiento de que las condenas fueron injustas” y por ello, dijo, los nueve presos independentistas abandonarán la prisión “con la cabeza bien alta y los ideales intactos”, con una “voluntad reforzada de construir una república catalana libre y próspera”.
La meta del Govern sigue siendo la independencia y la mejor manera para lograrla, remarcó Aragonès, “es la vía del diálogo y la negociación” para “encontrar una salida acordada que respete la voluntad del pueblo de Catalunya”.