NORUEGA ATENTADO ULTRA
Noruega recuerda los diez años de la masacre de Utoya
Murieron, también en Oslo, 77 personas || “El odio no puede quedar sin respuesta”, declaró la primera ministra noruega
La primera ministra, Erna Solberg, el príncipe Haakon y la princesa Mette-Marit, en el homenaje.
Noruega conmemoró ayer el décimo aniversario del ataque terrorista de Utoya, que dejó 77 muertos, con varias ceremonias en las que participaron autoridades del país.
El programa de conmemoración del décimo aniversario, recogido por la cadena NRK, comprende una ceremonia en el distrito gubernamental de Oslo, misas en la catedral de Oslo y la iglesia de Hole y una recepción en el ayuntamiento de la capital, entre otros actos.
Breivik fue condenado a un máximo de 21 años de prisión, con una pena mínima de diez años
El príncipe Haakon de Noruega señaló que es “responsabilidad” de todos “trabajar contra las fuerzas extremistas de derecha, todos los días”, al tiempo que ha lamentado que “muchos sienten que han tenido que luchar solos” contra estas fuerzas. Así, ha expresado que espera que el décimo aniversario de los ataques ayude a la ciudadanía “a encontrar las palabras correctas, el idioma correcto” para poder “seguir adelante”.
Por su parte, la primera ministra de Noruega, Erna Solberg, señaló que “duele” recordar ese “oscuro día” de julio de 2011. “El odio no puede quedar sin respuesta”, pidió, subrayando que los atentados representaron “un ataque” a la democracia. Solberg ha leído el nombre de las 77 víctimas de los atentados.
El autor de los ataques fue Anders Behring Breivik, de ideología ultraderechista. Primero detonó un coche bomba en el distrito gubernamental de Oslo, que causó la muerte de ocho personas. Después condujo hasta la isla de Utoya, donde fingió ser un agente de Policía y comenzó a disparar a los participantes del campamento estival anual para las juventudes del Partido Laborista. Allí mató a 69 personas, mayormente adolescentes y adultos jóvenes.
Breivik citó como motivos de sus actos el extremismo de ultraderecha y la islamofobia. Fue condenado a un máximo de 21 años de prisión, con una pena mínima de diez años.
