?PROCÉS? NEGOCIACIÓN
Aragonès amenaza con “momentos de choque” si el diálogo no avanza
Propone que la mesa entre la Generalitat y el Estado se reúna cada dos o tres meses || Pide “mirada larga” y no se pronuncia sobre el papel del Consell per la República
El president de la Generalitat, Pere Aragonès, en una imagen en el Pati dels Tarongers.
El president de la Generalitat, Pere Aragonès, avisó ayer de que se producirán “momentos de choque” con el Estado si la mesa de diálogo entre el Gobierno español y la Generalitat no logra “encarrilar” una solución política para el conflicto catalán. Aragonès, que propuso que este foro se reúna cada dos o tres meses, pidió “mirada larga” a sus socios de JxCat y también a la CUP, de la que depende la gobernabilidad. Además, descartó pronunciarse sobre el papel que debe jugar el Consell per la República, que pilota Carles Puigdemonet desde Waterloo, en esta nueva legislatura.
Así las cosas, el president sostuvo que la voluntad de los catalanes de convertirse en un Estado independiente “no desaparecerá”, por lo que, si no se “encarrila” la negociación con el Estado para dar con una solución política al conflicto, se producirán “momentos de choque” entre Catalunya y España. En este sentido, advirtió a Moncloa que, aunque no presenten ninguna propuesta para Catalunya en la mesa de diálogo, la Generalitat no rebajará sus aspiraciones de lograr la amnistía para los encausados por el procés y la autodeterminación. Con todo, subrayó que “tenemos la obligación de explorar una solución negociada” y confió en que sus socios de JxCat y también la CUP se van a “ceñir” al compromiso de conceder dos años a la mesa de diálogo para ver si se producen o no avances en el marco de este foro que acordaron crear ERC y los socialistas durante la negociación que permitió la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Ejecutivo español en enero de 2020.
Desde entonces, solo se ha celebrado una reunión, en febrero del año pasado, aunque la voluntad de Aragonès es que, a partir de ahora, se convoquen encuentros cada dos o tres meses. En definitiva, pidió na “mirada larga” por encima de los intereses partidistas y electorales. Por otro lado, descartó pronunciarse sobre la estrategia que deben seguir los partidos y entidades independentistas en el futuro.
A este respecto, dijo que no quiere “interferir” en los debates que están desarrollando y, en consecuencia, se abstuvo de opinar sobre qué papel tiene que desempeñar el Consell per la República..
