La Palma, convertida en infierno

La lava que desde el domingo emerge a través de nueve bocas del volcán de Cumbre Vieja de La Palma, cuya erupción mantiene en vilo a la población de la isla, se deslizaba ayer ladera abajo buscando alcanzar la costa oeste, algo que, aunque estaba previsto que ocurriera anoche, podría suceder en las próximas horas debido a que la actividad en el volcán se ralentizó durante la jornada.

En su descenso, la cola de lava, ha arrasado ya en torno a 130 viviendas, además de cultivos e infraestructuras en localidades como Tacande o El Paso ante la impotencia de los vecinos de la zona, que no pueden hacer más que observar desde la distancia como el magma que emerge del volcán va devorando todo lo que encuentra a su paso dejando un paisaje desolador. “No sabemos cuánto tiempo tenemos que estar fuera ni cuánto tiempo va a durar la erupción del volcán, y no lo puedes parar, se come todo”, afirmó una vecina de Las Manchas, cuya casa se encuentra en la “zona cero.

Ella, junto a otras 5.500 personas que han tenido que ser evacuadas de sus casas, se encuentran acogidas en diferentes puntos de la isla.

La situación ha obligado a suspender las clases en más de 20 centros y a paralizar las vistas en los juzgados. Según estimaciones de expertos vulcanólogos, Cumbre Vieja podría seguir expulsando magma durante varias semanas.

Las previsiones indicaban que la lava llegaría al mar ayer, pero el ralentizamiento de la expulsión de magma alargó los tiempos.

El contacto de la lava con el agua podría, según los expertos, provocar explosiones y emisiones de gases nocivos, e incluso una lluvia ácida. Es por eso que desde primera hora de la mañana de ayer se cerró a la navegación la franja costera de Tazacorte, en el oeste de la isla, y las fuerzas de seguridad perimetraron el acceso a la zona, con la intención de evitar que la erupción provoque daños personales.

Los vuelos a la isla, por su parte, no se han visto afectados, ya que la nube de cenizas provocada por la erupción está a 1.500 metros sobre el nivel del mar y se desplaza al suroeste, con lo que por el momento no afecta a la operatividad del aeropuerto.

.

El volcán ralentiza su actividad y las colas de lava podrían llegar al mar en las próximas horas

En 24 horas el volcán ha emitido a la atmósfera entre 6.000 y 9.000 toneladas de dióxido de azufre. Mientras, unos 180 efectivos de la UME se desplazaron a la zona ante el riego de incendios forestales.

En este contecto, la situación no ha estado exenta de polémicas. La ministra de Turismo, Reyes Maroto, apostó, en una entrevista en Canal Sur, por aprovechar la erupción del volcán como reclamo para que los turistas vayan a La Palma a ver de cerca “este espectáculo maravilloso de la naturaleza”. Estas palabras fueron criticadas por la oposición, que afearon que la ministra utilizara lo ocurrido como reclamo turístico mientras la gente de la zona lo está perdiendo todo. Por su lado, el presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, que ayer visitó el lugar, aseguró que se volcarán para reconstruir todo arrasado por la lava y ayudar a los afectados por la erupción.