China y Canadá sellan la paz en el caso Huawei

La directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, regresó ayer a China después de que Canadá la liberase tras casi tres años de litigio en virtud de un acuerdo con las autoridades estadounidenses, que habían pedido su extradición, para suspender el proceso judicial por fraude contra ella.

Su puesta en libertad coincidió con la liberación de Michael Spavor y Michael Kovrig, dos canadienses detenidos en Pekín desde diciembre de 2018 en aparente represalia por el arresto en Canadá de la directiva, aunque el gigante asiático siempre ha negado que sus detenciones tuvieran relación alguna con el caso Meng. Las liberaciones simultáneas suponen el inicio del fin de una de las peores crisis en la historia de las relaciones diplomáticas entre Canadá y China y abre la puerta a un posible acercamiento entre la potencia asiática y la Casa Blanca.

El caso estalló el 1 de diciembre de 2018, cuando la hija del fundador de Huawei quedó detenida por las autoridades canadienses a petición de las de EEUU, que la acusaba de infringir las sanciones estadounidenses sobre Irán, y reclamaba su extradición. Pekín montó en cólera ante lo que percibió como un ataque politizado contra una de sus empresas puntera y como represalia detuvo a los dos canadienses como sospechosos de espionaje.

Meng quedó en libertad ayer tras alcanzar un acuerdo con un tribunal estadounidense por el que reconoce gran parte de las acusaciones de fraude bancario y a cambio se paraliza su extradición a Estados Unidos. Acto seguido China dejó en libertad a los dos ciudadanos canadienses, conocidos como “los Michaels”.

Tanto la directora financiera de la tecnológica China como los dos hombres fueron recibidos en sus respectivos países como héroes, ya que en ambos casos clasificaron las detenciones de “persecución política”.