CANARIAS DESASTRE NATURAL
La lava genera una nube tóxica tras arrasar plataneros e invernaderos
Una nueva colada, más fluida, avanza hacia Tazacorte de camino hacia el mar|| El Gobierno declara La Palma zona catastrófica con ayudas por 10,5 millones
La lava que emerge del volcán de Cumbre Vieja de la isla canaria de la Palma, que entró en erupción hace más de una semana, entró ayer en una zona de plataneras quemando plásticos de invernaderos y fertilizantes, con lo que se creó una nube tóxica que, por suerte, no generó daños entre la población, puesto que se mantuvo dentro de la zona de exclusión. Lo que sí que preocupa más es la ceniza que expulsa el cráter, que ayer llegó a alcanzar los 7 kilómetros de altura, ya que esta podría afectar el tráfico aéreo no solo en La Palma sino también en la isla de La Gomera y el oeste de Tenerife. Por el momento, en su camino al mar, al que se desconoce cuándo podría llegar, la colada de lava ha atravesado el centro de Todoque, un pueblo que ha quedado prácticamente sepultado, y se ha situado en El Pampillo, a una distancia aproximada de 2 kilómetros de la costa.
En la zona de Tazacorte todavía siguen confinadas un total de 300 personas ante la previsión de que el fuego llegue más pronto que tarde al océano.. En estas últimas horas el magma que emerge de las entrañas de la tierra ha corrido con más fluidez, puesto que el volcán ha pasado a estar en una fase “hawaina”, es decir, expulsa lava de manera más rápida pero no genera tantas explosiones.
Por ahora, la erupción ha devorado ya 258 hectáreas y ha afectado a 686 edificaciones, de las cuales 589 están destruidas.
Para ayudar a las familias que lo han perdido todo, el Consejo de Ministros declaró ayer toda la isla zona catastrófica y aprobó las primeras ayudas, 10,5 millones de euros destinados a adquirir 107 viviendas para los damnificados, así como muebles y electrodomésticos. El primer centenar de estas viviendas, estarán ya disponibles a principios de octubre.
Por su parte, los plataneros, han solicitado también ayudas antes su precaria situación, ya que más de un millón de kilos de esta fruta se ha quedado sin recoger o se ha perdido y la lava impedirá muy probablemente que puedan volver a cultivar en muchos años.