La lava del volcán llega al mar

La colada de lava que emerge desde el volcán de Cumbre Vieja de la isla canaria de La Palma llegó la medianoche de ayer al océano en una zona de acantilados en la costa de Tazacorte diez días después de que se iniciara la erupción y el fuego de las entrañas de la tierra empezara a deslizarse ladera abajo devorando todo lo que encontraba a su paso.

El contacto del magma, a más de 1.000 grados centígrados, con el agua salada generó una nube de vapor de agua y algunos gases que por el momento no han pro,vocado ningún tipo de afección entre la población de la isla, puesto que se quedó concentrado sobre el Atlántico. Pese a ello los 300 habitantes de los barrios de San Borondón, Marina Alta, Marina Baja y La Condesa, cercanos a la zona de contacto, permanecían ayer bajo confinamiento por precaución, y es que los gases -compuestos principalmente de cloro, azufre y carbono- podrían provocar irritación en ojos o afectar el aparato respiratorio. Estos vecinos, además tiene ya listas las maletas por si un cambio en la situación obligara a su evacuación.

A medida que el material volcánico ha ido avanzando y solidificándose le ha ganado terreno al mar, y hasta ayer por la tarde había creado un “enorme delta” de aproximadamente medio kilómetro de ancho, mientras que el océano a su alrededor iba cambiando de color por los efectos del mismo. Este nuevo terreno es ya, automáticamente, dominio público marítimo-terrestre, es decir, propiedad del Estado.

Ante esta nueva situación el presidente canario, Ángel Víctor Torres, aseguró que se espera que la colada de lava que arroja el volcán deje de ensancharse tras su canalización al mar y de provocar la devastación en la isla. Con todo, los expertos avisaron que pese la llegada del río de magma al mar hay que seguir bien alerta, puesto que la erupción “no está estabilizada”. Por el momento, la lava ha cubierto unas 476 hectáreas de terreno, y ha afectado a 744 construcciones, de las que 656 están dañadas totalmente y 88 parcialmente.

La erupción ha generado una gran conmoción entre los palmeros, es por ello que un centenar de psicólogos, entre ellos 60 voluntarios, se encuentran actualmente prestando atención a aquellos vecinos a los que el volcán les ha dejado sin hogar, sin trabajo, sin enseres y les ha arrebatado recuerdos de toda una vida. La mayoría sufren angustia o estrés.

El magma no afecta por ahora el ecosistema marino

La esperada y temida llegada de la lava al mar ha provocado, por lo pronto, la creación de un delta y un cambio en el color del agua por los efectos del material volcánico. Se teme que esto pueda generar cambios en el ecosistema de la zona, por eso hay especialistas estudiando la zona, como el caso del buque Ramón Margalef del Instituto Español de Oceanografía. Según explicó José Carlos Hernández, profesor de Biología marina de la Universidad de La Laguna, por ahora la lava está cayendo en una zona donde la vida marina es “bastante pobre” por lo que la afectación es limitada y a la larga generará riqueza biológica. Según Hernández, una vez que la lava se enfríe, generará un nuevo arrecife rocoso que podría atraer diferentes especies como lapas o pulpos.