ALEMANIA POLÍTICA
Laschet se muestra dispuesto a dimitir tras la debacle de la CDU
Para relanzar el partido e incluso intentar formar gobierno alemán con verdes y liberales || Estos, por su parte, inician las conversaciones con los socialdemócratas
El presidente de la Unión Cristianodemócrata (CDU) alemana y candidato a la Cancillería en las recientes elecciones generales, Armin Laschet, se mostró ayer jueves dispuesto a dejar su cargo, según informaron varios medios alemanes.
“Si con otras personas las cosas funcionan mejor, no tengo problemas, adelante. Primero está el partido y luego las personas”, dijo Laschet durante una sesión a puerta cerrada del grupo parlamentario conjunto de su partido y la Unión Socialcristiana (CSU) bávara.
Laschet está bajo presión dentro de su partido y a la baja en las preferencias de los alemanes en varias encuestas desde que la CDU/CSU obtuvo el peor resultado de su historia en las elecciones generales alemanas del pasado 26 de septiembre.
Sin embargo, tras la derrota electoral ante los socialdemócratas Laschet apostó por formar Gobierno ofreciendo a Los Verdes y al Partido Liberal (FDP) iniciar conversaciones de cara a una coalición tripartita.
Precisamente, el Partido Socialdemócrata (SPD) abrió ayer conversaciones tripartitas con Los Verdes y el Partido Liberal (FDP) para explorar la formación de una coalición de Gobierno presidida por Olaf Scholz.
La reunión de ayer es la primera tripartita después de una serie de contactos previos bilaterales de verdes y liberales, verdes y socialdemócratas y socialdemócratas y liberales.
Entre verdes y liberales y entre socialdemócratas y liberales existen diferencias programáticas que invitan a creer que las conversaciones no serán fáciles.
Los Verdes fijaron ayer, antes de la conversaciones, una política de protección del clima que ponga a Alemania en camino de cumplir los compromisos contraídos en el Acuerdo de París como una condición para entrar al Gobierno.
Los liberales, por su parte, defienden como líneas rojas el rechazo al alza de impuestos y el mantenimiento al llamado freno a la deuda que exige a las autoridades presupuestos equilibrados en tiempos de normalidad económica.
Mientras, los socialdemócratas tuvieron durante la campaña un caballo de batalla permanente que es el alza del salario mínimo de los actuales 9,60 euros por hora a 12 euros por hora.