EFEMÉRIDE TERRORISMO
Diez años después del fin de ETA: 184 presos y unos veinte fugados
La policía todavía tiene por resolver más de 300 casos de la banda armada
Hace diez años que la banda terrorista ETA anunciara, mediante un comunicado en vídeo, su disolución como organización armada y solicitaba un “diálogo directo” con el Estado.
Desde entonces, la presencia visible de la ya extinta organización terrorista se ha reducido a 184 presos de la banda repartidos en las cárceles francesas y españolas, 73 de ellos en centros penitenciarios del País Vasco; y una veintena de miembros fugados, la mayoría en Sudamérica. A pesar de su disolución, la persecución a los etarras no cesó y una prueba es que la Policía Nacional ha practicado 35 detenciones desde que la banda anunciara el fin de la actividad armada, las dos primeras tan solo ocho días después de aquel comunicado.
Con ETA derrotada, hubo actuaciones policiales contra el conocido como frente de cárceles: entre enero de 2013 y abril de 2015, hiubo polémicas acciones policiales centradas en abogados a los que se acusó de actuar en connivencia con la banda armada.
Actualmente hay más de 300 casos sin resolver, teniendo en cuenta que hay terroristas amnistiados en la Transición y también investigaciones en los primeros años de democracia con atestados incompletos. Una década después del anuncio de disolución, ETA ha seguido presente en el debate político y también en el imaginario colectivo.
Desde los sectores más conservadores todavía se suele asociar a la banda armada a cualquier opción política abertzale e incluso a formaciones de izquierdas e independentistas fuera del ámbito vasco.
Por su parte, el PSOE recordaba el pasado fin de semana, en el ámbito de su congreso federal, que la banda terrorista cayó con los socialistas en el poder.
Un Guardia Civil de Lleida, entre los 864 asesinados por la banda
Un guardia civil de Lleida y un militar casado con una mujer de Tremp se encuentran entre las 864 víctimas de ETA. El leridano y guardia civil Jesús María Freixes Montes falleció en Madrid junto con once agentes mientras viajaban en un convoy el 14 de julio de 1986, víctima de una bomba. El segundo fue el brigada de Infantería Mariano de Juan, asesinado el 10 de abril de 1995 en San Sebastián. De Juan fue enterrado en la capital del Pallars Jussà, localidad de la que era natural su esposa.