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ENTREVISTA POLÍTICA

José Montilla: «¿Puertas giratorias? ¡Pero si fui ministro hace 15 años!»

J osé Montilla tuvo claro que no podía apoyar el 155 en el Senado porque tras presidir la Generalitat no podía votar un artículo que iba a suspenderla. Por eso se ausentó en la votación. Hoy, retirado de la política activa, señala que el problema de la lengua catalana es su uso social, y eso no depende solo de la escuela, sino de una televisión pública catalana “excesivamente politizada”. Montilla niega que su cargo en Enagás sea una puerta giratoria porque hace 15 años que no es ministro: “¡pues sí que ha tardado en girar la puerta!”, ironiza

«¿Puertas giratorias? ¡Pero si fui ministro hace 15 años!»

«¿Puertas giratorias? ¡Pero si fui ministro hace 15 años!»JORDI ECHEVARRIA

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Dejó usted el Senado después de la famosa votación del 155 en la que se ausentó para no tener que votar sí. ¿Fue esa la razón?

No. Había pasado ya un año. Fue en 2018, cuando intentamos una operación para hacer de Miquel Iceta presidente del Senado que no salió bien.

¿Fue incómoda aquella votación?

No. Cuando me ausenté expliqué en rueda de prensa la razón, que era básicamente que quien había presidido la máxima institución de Catalunya no podía votar un artículo que comportaba la suspensión del autogobierno.

¿Si no hubiera sido president de la Generalitat, se habría ausentado?

Eso no se puede saber. Depende de las circunstancias.

Cuando en el año 2010, siendo President de la Generalitat, acude a la manifestación contra la sentencia del Constitucional sobre el Estatut, ¿se imaginaba que posteriormente se desencadenaría el ‘procés’?

No. Creo que ni yo ni nadie. Hay que recordar que el procés no viene a continuación de aquella manifestación. Luego hubo unas elecciones y la investidura de un nuevo president que pactó los presupuestos con el PP. Hubo un período de buenas relaciones entre PP y CiU. También en Madrid. La reforma laboral, por ejemplo, salió adelante avalada con los votos de CiU, a pesar de que no eran necesarios. Fue a partir del otoño de 2012 cuando las cosas cambiaron por la erosión electoral que percibía la CiU como consecuenca de los efectos de los recortes, lo que conllevó el establecimiento de una determinada estrategia. La gente dice que en la manifestación del 2010 hubo mucha gente, y eso es verdad, pero ¿alguien recuerda la que hubo en la del Onze de Setembre de ese mismo año, o en la de 2011? Repasemos hemerotecas y veremos que fueron actos con una presencia reducida. Otra cosa fue la de 2012.

La de julio de 2010 fue una respuesta a una decisión judicial, la del Tribunal Constitucional sobre el Estatut, y ahora ha habido otra resolución judicial polémica contra la inmersión lingüística. ¿Está en peligro la inmersión?

Creo que no. Yo siempre he sido defensor de la inmersión. Lo fui como alcalde de Cornellà y posteriormente en las distintas responsabilidades que he asumido. Creo que lo importante es no olvidar que la inmersión no es un objetivo; es una herramienta para garantizar lo que en su momento aprobó el Parlament, que es que los niños y niñas de Catalunya, cuando acaben la etapa de escolarización obligatoria, tengan un dominio del catalán y del castellano. Yo creo que no ha habido un problema con la lengua en la escuela. La lengua está para hablarla; no para hablar de ella. Hoy el catalán tiene un problema que es su uso social, y eso no es solo una cuestión de la escuela. Lo es de la sociedad en su conjunto.

Yo creo que tiene relación con las nuevas maneras de comunicarse, como las plataformas y las redes sociales, y con los medios de comunicación públicos, los que pagamos entre todos. Todos recordamos el gran trabajo que hizo TV3 en sus inicios, con la emisión de series conocidas como Dallas para que vieran esta televisión personas que ni siquiera conocían bien el catalán. Hoy los medios públicos catalanes son poco atractivos para este público porque están extremadamente politizados y partidizados, y generan rechazo para alguna gente.

¿Cree que TV3 está demasiado politizada?

No lo digo yo. Lo dicen informes del CAC. Los medios públicos catalanes se dirigen solo a una parte de la sociedad catalana, y eso no facilita el uso social del catalán y el efecto inclusivo que debe tener un medio público.

¿Existe una excesiva judicialización de la política?

Absolutamente. La tentación de los gobernantes y de los que están en la oposición es muchas veces utilizar la justicia. Creo que eso perjudica a la política y también a la justicia.

Hay temas que deberían resolverse en el terreno de la política y los acaba resolviendo un juez. La bipolarización, la confrontación, la crispación.. Todo eso evita a veces la resolución de conflictos y provoca que los árbitros acaben siendo los jueces. Eso no es bueno. No es solo un problema de Catalunya o del conjunto de España. Es un problema global. Lo hemos visto también en Estados Unidos, en el Reino Unido, en otros países europeos..

¿Qué piensa cuando lee críticas por compatibilizar su cargo en Enagás con la oficiona de expresident? ¿Se puede ver como un caso de puertas giratorias?

¿Qué relación tiene la Generalitat con Enagás? Ninguna, más allá de la que puede tener una empresa con una administración como puede tenerla cualquier otra. No hay tutela, ni permisos, ni relación accionarial.

¿Ni por el hecho de haber sido ministro de Industria?

¡Hace 15 años! ¡Sí que ha tardado en girar la puerta!

Se declara católico no practicante y elogia a menudo la Biblia.

Es uno de los libros que recomiendo, sí. Hay que leerla pero no para ir a misa, sino para tener cultura y entender cosas de la vida. Sin la religión, ¿cómo se puede entender la arquitectura, la pintura, la literatura o la música?.

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