REMODELACIÓN EDUCACIÓN
Castells abandona el Gobierno con su reforma universitaria a medias
Al frente del ministerio de Universidades, de Podemos, se pondrá Joan Subirats, exconcejal de cultura de Barcelona || Deja la cartera por prescripción médica
El ministro de Universidades, Manuel Castells, ha decidido abandonar el Ejecutivo de coalición por motivos de salud, según confirmaron fuentes de su entorno. El titular de la cartera de Universidades, que asumió el cargo en enero de 2020 a propuesta de Unidas Podemos, se ha visto obligado a abandonar su puesto por prescripción médica y sin culminar la ambiciosa reforma universitaria que había proyectado, y que plasmó en el anteproyecto de ley orgánica del sistema universitario (LOSU) que ha generado fuertes críticas y contra la que ayer se convocó una huelga y numerosas manifestaciones (más información en la página 8). Su relevo en la cartera, que corresponde a la cuota que tienen los comuns, lo asumirá el exconcejal de Cultura del ayuntamiento de Barcelona Joan Subirats, una de las personas de “plena confianza” de la alcaldesa Ada Colau y de la confluencia catalana de Podemos, según detallaron fuentes de la formación morada.
Subirats, con cuya elección también estuvo de acuerdo la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, presenta un perfil “más político”, dado que no es independiente como Castells.Esta es la primera salida dentro de los cinco ministros de Podemos desde que Pablo Iglesias abandonó el Ejecutivo, en marzo, y tras la remodelación del gabinete en julio que hizo Pedro Sánchez con los ministros de la parte del PSOE.Castells, que durante sus dos años de mandato se ha prodigado poco en la escena pública, deja sin aprobar su iniciativa “estrella”, la Ley Orgánica del Sistema Universitario, que solo ha pasado por el Consejo de Ministros en primera lectura el pasado 31 de agosto y, desde entonces, ha sufrido sucesivos retrasos debido a las intensas negociaciones con sindicatos, rectores, estudiantes y resto de comunidad universitaria. También tuvo desigual suerte con el segundo de sus proyectos legislativos: la Ley de Convivencia Universitaria. En este caso sí logró el consenso con la comunidad universitaria para tirarla adelante, pero no obtuvo el mismo apoyo en su paso por el Congreso, donde se continúa tramitando.
El cambio del texto también fue criticado por el mundo universitario.