Juan Carlos I redobla la presión

Juan Carlos I cumple mañana 84 años y como ya ocurrió hace doce meses tendrá que celebrarlo exiliado en Emirates Árabes, a donde llegó en agosto de 2020. Sin embargo esta vez podría ser la última, ya que cada vez son más insistentes los rumores de un próximo regreso a España. En general poco ha trascendido sobre la vida que lleva el que fuera jefe de Estado durante casi cuatro décadas en Abu Dhabi.

Allí vive en una lujosa residencia como invitado de la familia gobernante emiratí. Su última aparición pública se produjo el pasado 17 de diciembre para asistir a un partido de tenis de Rafa Nadal en un torneo en Abu Dhabi. Dos días después, Nadal anunció que había dado positivo por Covid-19, lo que llevó a la Casa Real, que en este tiempo ha mantenido por regla general el silencio en toda la vida en el exilio de Juan Carlos I –forzado por sus escándalos y causas judiciales abiertas– a afirmar que este se encontraba bien.

Poco más se sabe de la vida del ex jefe de Estado, mas allá de que quiere regresar a España. No obstante, su panorama judicial sigue todavía incierto después de que la Fiscalía ampliase en diciembre seis meses las investigaciones abiertas al emérito en relación con las presuntas comisiones ilegales por la adjudicación del AVE a La Meca y el supuesto uso de tarjetas ‘black’ sufragadas por un empresario mexicano. A esto se suma, además, una prórroga previa a las pesquisas abiertas por la existencia de una cuenta con 10 millones de euros a nombre de Juan Carlos I en la isla de Jersey, un paraíso fiscal.Sin embargo, fuentes fiscales adelantan que estas se cerrarán ya que algunos de los presuntos delitos habrían ocurrido cuando el monarca estaba aún en el trono y por tanto era inviolable, que otros habrían prescrito y se da una falta de peso probatorio en otros, sumado a dos regularizaciones fiscales por valor de unos cinco millones de euros.Así las cosas, las especulaciones sobre su posible regreso a España se dispararon en la recta final de 2021, con el debate centrado principalmente en las circunstancias del monarca y dónde instalará su residencia oficial.

Si bien la Zarzuela ha optado por guardar silencio –Felipe VI dijo en su discurso de Navidad que todas las instituciones deben “respetar y cumplir las leyes y ser un ejemplo de integridad pública y moral”–, en el Gobierno apuestan por tratar el caso como “un tema a solucionar en el ámbito familiar”, apuntando que es el rey quien tiene la última palabra respecto al regreso de su padre.