PROTESTAS ECONOMÍA
El Gobierno de Kazajistán, acorralado por el alza del gas
El país registra disturbios desde el domingo || El presidente declara el estado de alarma tras la dimisión del Ejecutivo
El Gobierno de Kazajistán está contra las cuerdas por las multitudinarias protestas registradas desde el domingo por el aumento en el precio del gas licuado, que en algunos casos se ha duplicado en pocos días. Las autoridades kazajas decretaron el estado de alarma en todo el territorio nacional tras los disturbios en distintas ciudades, con la toma de sedes administrativas, vandalismo, violencia y derribo de estatuas. Grupos de manifestantes trataron de irrumpir en la residencia del presidente, Kasim Jomart Tokayev, y el ayuntamiento de Almaty, considerada la capital económica del país.
El ministerio de Interior confirmó la muerte de ocho agentes, así como otros 317 heridos. Ante el alud de quejas y disturbios, Tokayev aceptó ayer la renuncia del Gobierno del país y asignó al vice primer ministro, Aliján Smailov, las funciones de primer ministro, hasta ahora desempeñadas por Askar Mamin. El resto del Gabinete seguirá ejerciendo sus funciones hasta la confección de un nuevo equipo de Gobierno.
También asumió la dirección del Consejo de Seguridad, anteriormente encabezada por su antecesor. A fin de calmar la tensión, Tokayev ordenó una regulación estatal de precios de los productos de primera necesidad –entre los cuales se incluye el gas licuado– por un plazo de 180 días, y planteó estudiar subsidios en los alquileres de viviendas para los grupos sociales más vulnerables.