REINO UNIDO POLÉMICA
Johnson, contra las cuerdas
El 'premier' británico admite haber participado en una fiesta en el confinamiento y pide perdón || Incluso miembros de su partido piden que dimita
El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, admitió ayer que asistió a una fiesta en el jardín de Downing Street el pasado 20 de mayo de 2020, durante el primer confinamiento impuesto en el país por la pandemia, al tiempo que pidió disculpas. Según medios británicos, el secretario de Johnson, Martin Reynolds, invitó a un centenar de personas a una fiesta en la residencia oficial del primer ministro. Cada invitado debía llevar su propia bebida y, según varios testigos, en total habrían participado una cuarentena de personas, muchas de ellas miembros del Gobierno.
En una sesión de preguntas al premier en la Cámara de los Comunes, Johnson justificó que “creía que era un evento de trabajo” –lo que potencialmente le exoneraría de haber infringido las normas–, y reconoció ser consciente de la “rabia” que ahora siente la población británica hacia él y su gabinete. En este contexto, indicó que no puede anticipar las conclusiones de la investigación abierta por las presuntas fiestas que han tenido lugar en la residencia oficial del primer ministro, pero señaló que sabe que hay cosas que el Gobierno “simplemente no hizo bien”, por lo que aseguró que tanto él como su equipo tienen que “asumir su responsabilidad. Por su parte, el líder del Partido Laboralista, Keir Sarmer, reclamó a Johnson, al que acusó de llevar meses “engañando” a la ciudadanía, que se comporte de forma “decente” y dimita.
Del mismo modo, señaló que su disculpa carece de “valor”, remarcando que el premier había negado haber asistido a fiestas sabiendo que no era verdad. Las voces que piden la dimisión del primer ministro no paran de crecer, también en las filas conservadoras. Es el caso del líder de los conservadores escoceses, Douglas Ross, que dijo que la posición del líder británico “ya no es sostenible”.
No es la primera vez que el Gobierno de Johnson recibe críticas por la celebración de fiestas en los momentos más duros de la pandemia. En diciembre, trascendió un vídeo en el que su entonces portavoz, Allegra Stratton, bromeaba sobre un encuentro en el que participaron unos cincuenta miembros del Gobierno británico.