Johnson se aferra al cargo a la espera del informe sobre las fiestas ilegales

El primer ministro británico, Boris Johnson, acosado por el escándalo de las fiestas en Downing Street, se mostró ayer a la defensiva en su comparecencia semanal ante el Parlamento, cuando rechazó dimitir mientras espera las conclusiones de un informe interno y una investigación policial sobre el denominado “partygate”. En una tensa sesión en la Cámara de los Comunes, el líder laborista, Keir Starmer, le preguntó sobre si pensaba dejar su cargo, dado que, en contra de lo que el premier argumentó durante meses, se ha demostrado que hubo festejos en su residencia en posible violación de las restricciones por la pandemia. ”No”, respondió Johnson con furia, antes de tachar a su rival de “oportunista”.

Posteriormente, se filtró que, además, pudo mentir cuando negó haber autorizado la evacuación de Afganistán de los animales de un refugio dirigido por un exsoldado, criticada por priorizarlos a las personas.