OPERACIÓN MILITAR
EEUU anuncia la muerte del líder de Estado Islámico
En una operación en el noroeste de Siria que se salda con 13 muertos || Biden atribuye las bajas a la inmolación del terrorista
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció ayer la muerte del líder de Estado Islámico, Abú Ibrahim al Hashimi al Quraishi, durante una operación llevada a cabo por las fuerzas especiales estadounidenses en la provincia siria de Idlib, en el noroeste del país, zona considerada el último bastión de las milicias rebeldes. “La pasada noche y bajo mis órdenes, las fuerzas militares de EEUU llevaron a cabo de forma exitosa una operación antiterrorista para proteger al pueblo estadounidense y a nuestros aliados y hacer del mundo un lugar más seguro”, manifestó. A su vez, el mandatario reconoció que fue una intervención “complicada” y que, aunque se tomaron “todas las precauciones”, varios civiles –al menos 13, entre ellos seis niños y cuatro menores– habrían perdido la vida.
En este sentido, Biden aseguró que fue Al Quraishi quien decidió estar “rodeado” de personas, y aseveró que se inmoló en el tercer piso del edificio donde se encontraba escondido antes de ser capturado para no “enfrentarse a la justicia por los crímenes cometidos”. Según la versión del presidente, después de que Al Qurashi detonara la carga explosiva, las tropas americanas se enfrentaron en un fuego cruzado con otro “terrorista del EI”, al que no identificaron y que vivía en el segundo piso, que finalmente fue abatido junto a su esposa.Biden se mostró tajante con los resultados de la intervención, que tardó meses en planificarse, y aseguró que “ha enviado un mensaje claro a los terroristas de todo el mundo”. “Iremos tras ustedes y os encontraremos”, aseveró.Esta operación, ordenada por el Pentágono, es la más amplia desde el ataque en el que cayó en 2019 el fundador de Estado Islámico y predecesor de al Hashimi, Abubaker al Bagdadi, y fue lanzada días después de que las fuerzas de seguridad kurdas recuperaran el control de la prisión de Ghuerain, en la provincia siria de Hasaka, tras cerca de una semana de enfrentamientos con los terroristas.