Casado acusa a Batet de prevaricar y PSOE a PP, de comprar votos contra la reforma laboral

PP y PSOE se enzarzaron ayer en un duro enfrentamiento por la votación del decreto de la reforma laboral y mientras los socialistas ven connivencia de la derecha con los dos diputados de UPN que cambiaron el sentido del voto para hacer decaer la norma, los populares insisten en que ha habido “pucherazo”. El error del diputado del PP Alberto Casero, que ayer remitió un escrito a la Mesa del Congreso reiterando que su voto fue un ‘no’, levantó en armas al Ejecutivo y a la plana mayor del PP. Los barones salieron en tromba para asegurar que fue un “fraude” y que el Ejecutivo “manipula” la democracia.

Incluso alertan a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, que podría incurrir en prevaricación si no permite corregir el voto.“Es un fracaso para Sánchez que la medida estrella de su legislatura haya tenido que aprobarse con este pucherazo parlamentario”, dijo el líder del PP, Pablo Casado, horas antes de que el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, le acusara de utilizar “todo tipo de artes” para tumbar la reforma laboral con dos “tránsfugas”. “Es un caso de transfuguismo de libro”, dijo Bolaños al recordar que los diputados de UPN, Sergio Sayas y Carlos García Adanero, votaron en contra de la directriz de su partido y “mintieron” durante todo el jueves. “Yo lo que digo es que en el mismo segundo que se hizo público el resultado, los diputados del PP y Vox aplaudían enfervorizados mirando a los diputados de UPN”, dijo en declaraciones a la Sexta dejando entrever que podría haber habido un pacto de la derecha con estos parlamentarios

El PP amenaza con llegar hasta el Constitucional e insisten en un error informático en el voto

El PNV pide al Gobierno un “esfuerzo especial” para acabar la legislatura “correctamente”

Dos diputados cuya dirección en Navarra ya les ha pedido el acta porque “no representan a UPN y no pueden seguir” en el partido, aunque en declaraciones a Efe Sergio Sayas avisó de que no dejará el escaño porque hizo lo que “la inmensa mayoría de los votantes de UPN hubiese esperado que hiciéramos”.“Cesiones internas”, considera el ala socialista del Gobierno que reprocha la poca seriedad de los dos parlamentarios que faltaron a su palabra, mientras la parte de Podemos guarda silencio.Las críticas del Gobierno y de los socialistas van más allá de este caso y consideran que el PP y Vox han querido dar un “golpe” contra el interés general de España, de los trabajadores y de las empresas.

Los populares se agarran a la resolución que aprobó el Congreso en 2012 al señalar que el diputado no recibió ninguna llamada para confirmar su voto y que se dirigió a la Mesa de la Cámara cuando se percató de que había un error para que se reuniera, algo que no ocurrió. El PP ha presentado hasta tres escritos a la Mesa, el del propio afectado, Alberto Casero, que reitera que fue un error informático, otro que pide la convocatoria urgente de la Mesa y un tercero que reclama que no se publique todavía la votación del pleno. No obstante, avisan de que llegarán hasta el Tribunal Constitucional.Los socialistas han sacado también toda su artillería, y la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, acusó al PP de “comprar” las “voluntades” de los dos diputados de UPN.El portavoz de Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, subrayó que “no hay caso” respecto a la votación para convalidar la reforma laboral, dado que “jamás” se ha modificado el sufragio emitido, y lanzó que tanto a PP como a Vox les gusta gritar “fraude” y “ponerse el gorro de bisonte”.En este contexto, el titular del Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, Adolfo Carretero, ha acordado abrir diligencias para investigar si hubo un error informático en la votación del real decreto de la reforma laboral.

El juez ha adoptado esta decisión tras admitir la denuncia presentada por el abogado Esteban Gómez Rovira y ha dado traslado a la Fiscalía para que se pronuncie sobre si pudo haber delito en la votación de la reforma laboral o no.

Rufián: “Las cosas han salido mal en las negociaciones con el Gobierno”

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufian, aseguró ayer que no hay ningún tipo de connotación personal en el sentido del voto de Esquerra sobre la reforma laboral. Preguntado sobre la ruptura de las relaciones con el Gobierno, señaló que “romper es una palabra muy gruesa” y que, simplemente, “las negociaciones han salido mal”.

“La posición inexplicable no es la nuestra”, sostuvo el diputado de ERC, al tiempo que apostilló que las “preguntas son para ellos” y no para su formación. Asimismo, destacó que “hay que seguir hablando” a partir de ahí porque son “muy conscientes de cuál es la alternativa”. “Es nuestro trabajo, no creo que haya otro colectivo que diga que como no ha salido bien esto, ya nunca más”, dijo.

Recordó que “esto ya empezó mal” cuando “por los medios de comunicación” se enteraron de que el acuerdo con los agentes social se había cerrado. “No ha habido un proceso de negociación”, sino de presión, dijo.Por su parte, el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, reclamó al Gobierno hacer un “esfuerzo especial” de la mano de sus socios de investidura para que la legislatura acabe “correctamente” tras el no de la formación vasca a la convalidación de la reforma laboral. Dijo que la falta de acuerdo con el Ejecutivo de coalición respecto a la aprobación de la reforma laboral ha sido algo “puntual”, pero indicó que podría continuar si el Gobierno no “hace un esfuerzo importante con sus socios para llegar a acuerdos y no empecinarse en sacar todo su programa”.El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, apeló a “rehacer” el bloque de investidura, aunque “todo el mundo ha sufrido heridas en el trance” de la aprobación de la reforma laboral, “no solo para” frenar a la derecha sino para “hacer realmente políticas de izquierdas”.

Sin claros precedentes para la repetición

El Gobierno afirma que no hay precedentes que justifiquen la petición del PP de repetir la votación sobre la reforma laboral, que quedó convalidada jueves por el error de un diputado popular. De hecho, Alberto Casado se equivocó el jueves hasta en tres votaciones, no solo la de la reforma laboral. El último error destacado y que no supuso ninguna repetición de voto fue en la elección de los miembros del Supremo.

El exministro socialista José Luis Ábalos votó en blanco, según dijo entonces por error.