POLÍTICA ELECCIONES AUTONÓMICAS
Castilla y León, escenario de un nuevo choque Sánchez-Casado
Por la reforma laboral y a siete días del 13-F
La ajustada y polémica votación en el Congreso de la reforma laboral sirvió ayer de ariete electoral al presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, y al líder del PP, Pablo Casado, quienes midieron las fuerzas de sus partidos con respectivas acusaciones sobre transfuguismo y la comparación de España con una dictadura. A siete días de las elecciones de Castilla y León el próximo 13 de febrero, el domingo dejó emociones fuertes en los principales mítines convocados, con el presidente Sánchez en León junto al expresidente Zapatero y el candidato Luis Tudanca, y con Casado arropando al popular Alfonso Fernández Mañueco en Palencia, mientras que el tercer líder nacional que pasó por la Comunidad, Santiago Abascal (Vox), intervino desde Salamanca. El presidente del Gobierno expresó que, tras lo ocurrido en la votación de la reforma laboral, se ha visto “el verdadero rostro de una derecha que blanquea el transfuguismo, que deslegitima un voto democrático en el Parlamento y, lo más grave, que vota en contra de un acuerdo bueno” y que España “no se merece esta oposición”, ni esta “derecha negacionista.
Desde Palencia, Casado comparó lo ocurrido en la votación de la reforma laboral con lo que pasa en Venezuela, Nicaragua y Cuba, en un “atropello democrático” que llevará “hasta el final ante el Tribunal Constitucional: Esto no ha pasado en Caracas, Managua o La Habana”, apuntó, calificando a Sánchez de ser “el rey Midas de la degeneración”. En los mismos mítines, el popular Mañueco y el socialista Tudanca replicaron los reproches de sus contrincantes. El primero incidió en la confrontación con Sánchez y el segundo con críticas por la corrupción, a las que se sumó también el líder autonómico de Podemos, Pablo Fernández, que ayer estuvo arropado por el exvicepresidente Pablo Iglesias.